La situación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) ha sido objeto de preocupación en los últimos meses, especialmente tras los recortes presupuestarios impuestos por el Consell de Mazón, en un contexto donde la presión política de Vox ha llevado a una reducción drástica de los fondos destinados a esta institución. En este escenario, la formación política Ens Uneix, que forma parte del gobierno de la Diputación de Valencia, ha tomado la iniciativa de establecer un acuerdo de colaboración con la AVL para mitigar el impacto de estos recortes y asegurar la continuidad de sus actividades.
La propuesta de colaboración incluye una financiación significativa que podría alcanzar los 200.000 euros para los años 2025 y 2026. Este monto se destinaría a diversas actividades que son esenciales para la promoción y uso del valenciano, como la reimpresión de cómics dirigidos a un público infantil y juvenil, la celebración de la iniciativa ‘l’Escriptor de l’Any’, que en 2026 rendirá homenaje al periodista Almela i Vives, y proyectos innovadores que buscan aumentar la presencia del valenciano en las artes escénicas. La idea es llevar espectáculos de música, teatro y narración de cuentos a escuelas e institutos, fomentando así el uso de la lengua entre las nuevas generaciones.
Un aspecto importante de este acuerdo es que no se tratará de una subvención, ya que la AVL, como institución estatutaria, no puede recibir este tipo de ayudas. En su lugar, se establecerá un protocolo mediante el cual la Diputación, a través de sus diferentes áreas, ejecutará directamente las actividades que la AVL no puede llevar a cabo debido a la falta de recursos. Este enfoque busca garantizar que las iniciativas no se vean interrumpidas, a pesar de las limitaciones financieras actuales.
### La Reacción a los Recortes Presupuestarios
La reducción del 25% en el presupuesto de la AVL ha generado un gran revuelo en la comunidad cultural valenciana. Pasar de 3,9 millones de euros en 2024 a 2,9 millones en 2025 ha dejado a la institución con apenas 815.000 euros para todas sus actividades, de los cuales 2,1 millones se destinan a las retribuciones del personal. Esta situación ha llevado a la AVL a tomar decisiones difíciles, como la desconvocatoria del Premi Carme Miquel, un galardón que se instauró en 2019 para reconocer las iniciativas que fomentan el uso del valenciano en las escuelas. Este premio, que honra la memoria de una destacada académica y defensora de la lengua, es un claro ejemplo de cómo los recortes están afectando la promoción del valenciano en el ámbito educativo.
Además, la reducción del 94% en la partida de gastos corrientes ha impactado gravemente en el funcionamiento diario de la AVL. Los pagos a los académicos por su asistencia a plenos se han visto recortados de 300 a 150 euros, y los gastos relacionados con las juntas y comisiones también han sido reducidos. Esta situación ha llevado a la institución a una crisis que podría tener repercusiones a largo plazo en la promoción y prestigio del valenciano.
La respuesta de la Diputación de Valencia, liderada por Ens Uneix, ha sido vista como un intento de rescatar la AVL en un momento crítico. Desde abril, cuando se conocieron los detalles del presupuesto del Consell, Ens Uneix se ofreció a interceder y utilizar recursos propios para compensar, al menos en parte, el impacto de los recortes. En una primera reunión entre la vicepresidenta primera de la Diputación y la presidenta de la AVL, se discutió la posibilidad de reforzar las actividades orientadas al fomento del valenciano, en lugar de simplemente proporcionar una subvención.
Este movimiento ha sido bien recibido por muchos en la comunidad cultural, que ven en él una oportunidad para revitalizar la lengua y asegurar su presencia en la vida cotidiana de los valencianos. Sin embargo, también ha generado tensiones, ya que algunos sectores critican la intervención de la Diputación en un ámbito que consideran debería ser gestionado exclusivamente por la AVL.
### Implicaciones para la Cultura Valenciana
La crisis financiera de la AVL no solo afecta a la institución en sí, sino que tiene un impacto más amplio en el sector cultural valenciano. La reducción de fondos amenaza la continuidad de convenios con ayuntamientos para la promoción del valenciano, así como colaboraciones con universidades para la coedición de obras clásicas y la traducción de textos al valenciano. Además, las actividades en torno a autores contemporáneos que escriben en valenciano, como homenajes y eventos literarios, también están en riesgo.
Centenares de escritores e intelectuales valencianos han expresado su preocupación por la situación de la AVL, firmando manifiestos en defensa de la institución y alertando sobre las consecuencias de los recortes en el sector literario. La AVL ha sido un pilar fundamental en la difusión y promoción de la lengua, y su debilitamiento podría tener efectos negativos en la producción cultural en valenciano.
En este contexto, la colaboración entre la Diputación de Valencia y la AVL se presenta como una solución temporal, pero también como un reflejo de las tensiones políticas y culturales que enfrenta la comunidad valenciana. La defensa del valenciano se ha convertido en una línea divisoria en la política local, y el futuro de la lengua y su promoción dependerá en gran medida de la capacidad de las instituciones para trabajar juntas en un entorno cada vez más polarizado.