La Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana se encuentra en una carrera contra el tiempo para frenar la propagación del HLB, también conocido como ‘greening’, una de las plagas más devastadoras que amenaza a la citricultura a nivel mundial. Esta enfermedad, que causa el enverdecimiento de la fruta y la muerte de las plantas, ha afectado a más de cincuenta países en diferentes continentes, incluyendo Asia, América, África y Oceanía. En Brasil, por ejemplo, se han tenido que arrancar 24 millones de árboles debido a su impacto, mientras que en Florida, Estados Unidos, la producción citrícola se redujo en un 23% entre 2005 y 2011. Ante esta situación alarmante, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) ha intensificado sus esfuerzos para controlar el vector responsable de la enfermedad, el Diaphorina citri.
### Colaboración Internacional para el Control del HLB
El IVIA ha estado trabajando en estrecha colaboración con otros países europeos, como Chipre, donde se ha implementado un programa de control biológico que ha demostrado ser efectivo. Desde la detección del Diaphorina citri en Chipre en 2023, el IVIA ha estado apoyando al gobierno chipriota en el desarrollo de estrategias para combatir esta amenaza. Alejandro Tena, director del IVIA, ha destacado la importancia de esta colaboración, afirmando que «nos ayuda a frenar la mayor amenaza fitosanitaria para los cítricos». Esta iniciativa no solo refuerza el papel del IVIA como referente internacional en sanidad vegetal, sino que también subraya su compromiso con la protección de la citricultura mediterránea y el desarrollo de soluciones sostenibles frente a amenazas emergentes como el HLB.
La propagación del insecto portador de la cepa africana del HLB en Portugal ha encendido las alarmas en el sector citrícola español. A pesar de que una auditoría reciente de la Comisión Europea descartó la presencia de la bacteria causante de la enfermedad en el país vecino, las medidas adoptadas hasta ahora han sido consideradas insuficientes para contener al vector. La confirmación de la presencia de Diaphorina citri en Israel, que transmite la cepa asiática más agresiva, ha añadido más presión sobre las autoridades y los investigadores para actuar rápidamente.
### Avances en el Control Biológico
Durante los últimos dos años, el IVIA ha llevado a cabo varias misiones científicas en Chipre, donde han participado expertos como la doctora Meritxell Pérez-Hedo y el profesor Alberto Urbaneja. Estas misiones han incluido asesoramiento científico, apoyo técnico y la implementación de estrategias de respuesta. En la misión más reciente, realizada entre el 6 y el 11 de mayo de 2025, se evaluaron los resultados del programa de control biológico que incluye la introducción del parasitoide Tamarixia radiata, así como la identificación de un parasitoide autóctono.
Los resultados han sido prometedores. Las observaciones de campo han confirmado la dispersión natural del Tamarixia radiata por toda la isla, así como la presencia de una nueva especie de parasitoide nativo que también parasita al Diaphorina citri. Según Urbaneja, «los niveles de parasitismo han sido muy elevados esta primavera y las poblaciones de Diaphorina citri son mucho más bajas que en años anteriores en toda la isla». Este hallazgo es crucial, ya que indica que las estrategias de control biológico están funcionando y que es posible reducir la población del vector de manera efectiva.
La reciente misión también incluyó reuniones técnicas con el Ministerio de Agricultura chipriota y con instituciones académicas como la Universidad de California Riverside. Estas colaboraciones son esenciales para compartir conocimientos y experiencias que pueden ser aplicadas en otros contextos, fortaleciendo así la lucha contra el HLB en toda la región mediterránea.
El compromiso del IVIA con la investigación y el desarrollo de soluciones sostenibles es un ejemplo de cómo la ciencia y la cooperación internacional pueden abordar desafíos agrícolas complejos. A medida que la amenaza del HLB continúa creciendo, la colaboración entre países y la implementación de estrategias de control biológico se vuelven cada vez más cruciales para proteger la citricultura y asegurar la producción de cítricos en el futuro.