Las obras han regresado a un emblemático solar en la calle Músico Ayllón, en el barrio de l’Olivereta, donde el fondo inversor Azora, uno de los principales propietarios de inmuebles en España, está desarrollando un ambicioso proyecto de viviendas de alquiler. Este nuevo residencial, conocido como Montreal, constará de tres torres que albergarán un total de 510 viviendas, todas destinadas al alquiler. La construcción de este complejo se enmarca en un contexto histórico, ya que el terreno ha permanecido vacío durante casi cuatro décadas, tras la demolición de bloques de viviendas que se levantaron en los años 70 y que fueron desmantelados debido a problemas estructurales.
La historia de este solar es un reflejo de los altibajos del desarrollo urbano en València. Originalmente, en los años del desarrollismo franquista, se proyectaron viviendas para funcionarios municipales, pero tras una serie de conflictos judiciales y la declaración de insolvencia del ayuntamiento, el terreno quedó en un estado de abandono. En 2005, el Estado tuvo que indemnizar a los vecinos desalojados, lo que marcó el inicio de un largo proceso de reurbanización que finalmente ha llevado a la actual promoción de Azora.
El nuevo proyecto no solo busca ofrecer viviendas, sino también revitalizar el entorno. La promoción incluirá zonas comunes como una piscina, una pista de pádel, áreas de juegos infantiles y espacios de trabajo compartido. Este enfoque en la creación de espacios comunitarios responde a una creciente demanda de vivienda en València, donde la oferta de nuevas construcciones ha disminuido significativamente en los últimos años.
### Transformación Urbana y Compensaciones
La modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) fue clave para desbloquear este proyecto. Aprobada en junio de 2023, esta modificación permitió aumentar la edificabilidad del solar, que ahora cuenta con un techo de 38,000 m2, suficiente para construir las 510 viviendas proyectadas. La propuesta de urbanización, elaborada por el arquitecto Alejandro Escribano, busca no solo maximizar el uso del espacio, sino también mejorar la calidad de vida de los futuros residentes y de los vecinos del área.
Uno de los aspectos más controvertidos de este desarrollo es la transformación de un espacio que, en su mayoría, era público, en un complejo privado. Los residentes del barrio han expresado su preocupación sobre cómo un terreno destinado a viviendas y zonas verdes ha terminado en manos de un fondo de inversión. Sin embargo, fuentes del ayuntamiento han señalado que como parte de la compensación urbanística, Azora se ha comprometido a ceder suelo para la creación de viales y a urbanizar las calles circundantes, incluyendo una que será peatonal.
La modificación del PGOU también se justifica por la necesidad de abordar la crisis de vivienda en València. Con un descenso notable en la oferta de vivienda nueva, el proyecto de Azora se presenta como una solución a esta problemática, aunque no sin generar debate sobre la gentrificación y el acceso a la vivienda en la ciudad.
### Un Futuro Prometedor
Se espera que la construcción del residencial Montreal esté finalizada para mayo de 2028. Este plazo refleja la magnitud del proyecto y la complejidad de las obras, que incluyen no solo la edificación de las torres, sino también la creación de espacios comunes que fomenten la interacción entre los residentes. La inclusión de instalaciones como un gimnasio y áreas de coworking responde a las nuevas tendencias de vida urbana, donde la calidad de los espacios compartidos se ha vuelto un factor determinante para los inquilinos.
La llegada de este nuevo desarrollo también plantea interrogantes sobre el futuro del barrio de l’Olivereta. Durante años, los vecinos han convivido con un espacio vacío que, aunque degradado, formaba parte de su paisaje cotidiano. La transformación de este solar podría revitalizar la zona, pero también podría alterar la dinámica social existente. Los residentes se preguntan cómo se integrará este nuevo complejo en la comunidad y qué impacto tendrá en la vida diaria del barrio.
La promoción de Azora es un ejemplo de cómo los fondos de inversión están tomando un papel cada vez más relevante en el sector inmobiliario español. A medida que la demanda de vivienda de alquiler continúa creciendo, proyectos como el de Montreal podrían marcar el inicio de una nueva era en la construcción y urbanización de València, donde la necesidad de vivienda se enfrenta a la realidad de la inversión privada en el sector.
