La desaparición de Irene Rodríguez, una niña de casi seis años, ha captado la atención de la sociedad española desde su misteriosa desaparición el 27 de mayo de 2023. La pequeña fue vista por última vez junto a su madre, María, al descender de un ferry en Barcelona. Este caso ha desencadenado una serie de eventos que han dejado a su padre, Ángel Rodríguez, en una lucha constante por recuperar a su hija, quien se encuentra en una situación de incertidumbre y angustia.
La historia de Irene es desgarradora. Nueve días antes de su desaparición, un juzgado de Guadalajara había otorgado la custodia a su padre, lo que llevó a la madre a huir con la niña. Desde entonces, Ángel ha estado en una batalla legal y emocional, enfrentándose a la falta de información y a la lentitud del sistema judicial. «Llevo casi tres años sin poder estar con mi hija», expresa Ángel, quien se siente impotente ante la situación. La angustia de no saber cómo está su hija, de no poder celebrar con ella su cumpleaños, es un dolor que lo acompaña día a día.
La situación se complicó aún más cuando, en diciembre de 2023, madre e hija fueron incluidas en el fichero del Centro Nacional de Desaparecidos. La asociación SOS Desaparecidos también se involucró, difundiendo la imagen de Irene y solicitando la colaboración de la ciudadanía para su localización. Sin embargo, la madre de Irene envió un correo electrónico a Joaquín Amills, presidente de la asociación, asegurando que su hija estaba bien y que no corría peligro. Este mensaje, enviado desde un servidor suizo, complicó aún más la búsqueda, ya que la madre utilizó varias VPN para ocultar su ubicación.
La búsqueda de Irene ha sido un desafío para las autoridades. La Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer (UFAM) de la Policía Nacional ha estado investigando el caso, pero hasta ahora no han logrado localizar a la madre ni a la niña. Según Ángel, la policía tiene razones para creer que Irene se encuentra en Suiza, posiblemente bajo la protección de otra mujer que también ha huido con sus hijos. Esta información ha generado un rayo de esperanza, pero también una gran frustración, ya que la búsqueda se ha visto obstaculizada por la falta de pistas concretas.
La lucha de Ángel no solo se centra en recuperar a su hija, sino también en demostrar su inocencia ante las acusaciones de su ex pareja. Tras la ruptura de su relación en octubre de 2022, María denunció a Ángel por supuestos malos tratos psicológicos y acoso, denuncias que fueron archivadas por considerarse infundadas. La fiscal del caso llegó a calificar estas acusaciones como «torticeras», utilizadas para perjudicar al padre en el proceso de custodia. A pesar de haber obtenido la custodia provisional, la situación se tornó crítica cuando María decidió llevarse a Irene sin su consentimiento.
La desesperación de Ángel se ve reflejada en sus palabras: «A Irene la han privado de su padre, de sus abuelos, de su entorno, de crecer con estabilidad y cuidados. A ella también le han robado estos años». La lucha por la custodia de la niña ha sido un proceso largo y doloroso, y Ángel ha estado esperando más de tres años para que el juzgado número 7 de Guadalajara fije una fecha para el juicio que determine de manera definitiva quién tiene la custodia de Irene. Esta espera ha sido angustiante, ya que cada día que pasa sin saber de su hija es un día más de sufrimiento.
La situación de Irene y su padre ha puesto de relieve la complejidad de los casos de sustracción de menores y la necesidad de un sistema judicial más ágil y efectivo. La lentitud de los procesos legales puede tener consecuencias devastadoras para las familias afectadas, como es el caso de Ángel. La falta de comunicación y coordinación entre las autoridades también ha sido un obstáculo en la búsqueda de la niña, lo que ha llevado a muchos a cuestionar la eficacia del sistema en situaciones de emergencia.
La historia de Irene es un recordatorio de la importancia de la protección de los menores y de la necesidad de actuar con rapidez en casos de desapariciones. La comunidad ha respondido al llamado de Ángel, compartiendo su historia y buscando generar conciencia sobre la situación de su hija. A medida que se acerca el cumpleaños de Irene, la esperanza de que pueda regresar a casa se mantiene viva, pero la incertidumbre y el dolor continúan siendo una realidad para su padre. La lucha por la justicia y la reunificación familiar es un camino difícil, pero Ángel no se rendirá hasta que su hija esté de nuevo a su lado.
