Benidorm, un destino emblemático de la Costa Blanca, ha logrado posicionarse como un referente en sostenibilidad turística, combinando su atractivo natural con un urbanismo responsable. Este artículo explora cómo la ciudad ha evolucionado para convertirse en un ejemplo de desarrollo sostenible, destacando su enfoque en la construcción vertical y la gestión eficiente de recursos.
La Sostenibilidad en la Construcción Vertical
Desde la aprobación de su Plan General en la década de 1950, Benidorm ha sido reconocida por su modelo de urbanismo vertical. Este enfoque no solo permite maximizar el uso del suelo, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental. La construcción en altura, que se asemeja a un paquete de tabaco colocado sobre la mesa, demuestra que es posible albergar a más personas en menos espacio, lo que reduce la huella ecológica de la ciudad.
El actual alcalde, Toni Pérez, ha enfatizado la importancia de las inversiones en infraestructura verde, como el ‘anillo verde’ que rodea la ciudad. Este proyecto no solo mejora la calidad de vida de los residentes, sino que también atrae a turistas que buscan un destino que respete el medio ambiente. La combinación de áreas verdes como El Moralet y el Parc de la Sèquia Mare con el azul del Mediterráneo crea un paisaje urbano único que ha sido premiado en múltiples ocasiones.
Además, la planificación urbana de Benidorm ha permitido que el 70% de los desplazamientos se realicen a pie, en bicicleta o mediante vehículos de movilidad personal. La ciudad cuenta con más de 140 kilómetros de carriles bici y ciclovías, lo que fomenta un estilo de vida activo y saludable entre sus habitantes y visitantes. Este enfoque en la movilidad sostenible ha sido clave para reducir la congestión del tráfico, incluso durante las temporadas altas de turismo.
Gestión Eficiente del Agua
Uno de los mayores retos que enfrenta Benidorm es la escasez de agua, un problema histórico que ha sido abordado con éxito a lo largo de los años. La ciudad ha implementado un sistema de gestión hídrica que ha permitido alcanzar un aprovechamiento del 96% en su red de suministro de agua, superando la media europea del 73%. Este logro es especialmente notable considerando que la población ha crecido un 40% en las últimas dos décadas, mientras que el número de turistas ha aumentado casi un 26%.
La historia de la gestión del agua en Benidorm se remonta a los tiempos en que el alcalde Pedro Zaragoza impulsó el turismo como motor económico. A través de acuerdos con regantes y otras localidades, se ha logrado mejorar la red de distribución de agua, lo que ha permitido a la ciudad adaptarse a las crecientes demandas de su población y de los turistas. El resultado es un consumo de agua en 2025 que es un 18% menor que hace 25 años, a pesar del aumento en la población y el turismo.
Benidorm también ha sido pionera en la creación de una Zona de Bajas Emisiones, que se implementó sin causar caos entre residentes y turistas, dado que las restricciones al tráfico ya estaban en vigor en muchas áreas. Esta iniciativa es parte de un esfuerzo más amplio por parte de la ciudad para avanzar hacia un modelo de turismo más sostenible y responsable.
Reconocimientos Internacionales
El compromiso de Benidorm con la sostenibilidad ha sido reconocido a nivel internacional. Recientemente, la ciudad fue galardonada con el premio European Green Pioneer of Smart Tourism, un reconocimiento que subraya su liderazgo en la promoción de prácticas turísticas sostenibles. Este tipo de premios no solo refuerzan la imagen de Benidorm como un destino turístico atractivo, sino que también inspiran a otras ciudades a seguir su ejemplo.
Sin embargo, el éxito de Benidorm ha llevado a intentos de replicar su modelo en otros lugares, algunos de los cuales han resultado en versiones ‘low cost’ que no logran capturar la esencia de lo que hace a Benidorm único. Proyectos como el resort de Wonsan Kalma en Corea del Norte, aunque ambiciosos, no se comparan con la autenticidad y la sostenibilidad que Benidorm ha cultivado a lo largo de los años.
En resumen, Benidorm se ha consolidado como un destino turístico que no solo atrae a millones de visitantes cada año, sino que también se preocupa por el bienestar de sus residentes y la preservación del medio ambiente. Con su enfoque en la sostenibilidad, la ciudad se dirige hacia un futuro donde el turismo y la calidad de vida coexisten en armonía, reafirmando su estatus como un modelo a seguir en el ámbito del turismo sostenible.