Un nuevo giro ha tenido lugar en el caso del asesinato de Antonio Flores, ocurrido el pasado 2 de mayo en Natzaret, Valencia. La Policía Nacional ha detenido a un cuarto implicado en este trágico suceso, un hombre de 67 años que fue arrestado en Alzira. Sin embargo, tras su declaración, ha quedado en libertad con cargos, lo que ha generado un amplio debate sobre la naturaleza de su implicación en el crimen.
### Detalles del Crimen y Arrestos
El crimen que ha conmocionado a la comunidad de Natzaret se produjo a las puertas de una Iglesia Evangélica, donde Antonio Flores, de 24 años, fue asesinado a cuchilladas. Este ataque no solo resultó en la muerte de Flores, sino que también dejó a su hermano, Israel, de 17 años, gravemente herido. Israel sufrió dos puñaladas, una en la ingle y otra en el estómago, y ha sido clave en la identificación de los agresores.
Los primeros arrestos en este caso incluyeron a Diego M. M., un pianista de 42 años, y su hijo José M. M., de 22 años, quienes se encuentran en prisión provisional como presuntos autores materiales del asesinato. El cuarto detenido, que ha sido liberado, ha negado cualquier implicación directa en el ataque, afirmando que solo estaba presente y que no utilizó ni facilitó un arma a su nieto, quien también está involucrado en el caso.
La jueza de Instrucción número tres de Valencia ha decidido dejarlo en libertad, considerando su edad y el hecho de que tiene un domicilio conocido. Sin embargo, se le han impuesto medidas cautelares, como la obligación de comparecer cada quince días y la retirada de su pasaporte, lo que indica que las investigaciones aún están en curso y que su situación podría cambiar dependiendo de los nuevos hallazgos.
### Testimonios y Contradicciones
El testimonio de Israel, el hermano de la víctima, ha sido fundamental para la investigación. Él identificó a cuatro personas como los agresores, lo que ha llevado a la detención de los implicados. Sin embargo, el relato del cuarto detenido contradice las declaraciones de Israel y otros testigos. Este hombre sostiene que no portaba un arma y que solo tenía una garrota para apoyarse, argumentando que no pudo haber facilitado un arma a su nieto debido a su condición física.
La situación se complica aún más con la aparición de un menor de trece años, quien también estaba presente en el lugar del crimen y portaba un arma blanca, aunque no se le puede imputar debido a su edad. Este menor, junto con el sexagenario, ha generado un debate sobre la responsabilidad penal y la implicación de los adultos en la violencia juvenil.
El caso ha puesto de relieve la creciente preocupación por la violencia en las calles y la necesidad de abordar estos problemas desde una perspectiva social y legal. La comunidad de Natzaret, que ha sido testigo de este trágico evento, se encuentra en un estado de shock y busca respuestas sobre cómo prevenir futuros incidentes de violencia.
La jueza ha solicitado que se continúe con la investigación, lo que sugiere que aún hay muchos aspectos por esclarecer. La policía sigue recabando testimonios y pruebas que puedan ayudar a determinar la verdad detrás de este crimen, que ha dejado una profunda herida en la comunidad.
La situación actual del caso refleja no solo la complejidad de los delitos violentos, sino también la importancia de la justicia en la resolución de estos incidentes. La comunidad espera que se haga justicia por Antonio Flores y que se tomen medidas efectivas para prevenir que situaciones similares se repitan en el futuro. La atención mediática y pública sobre este caso seguirá siendo intensa, a medida que se desarrollen los acontecimientos y se revelen más detalles sobre la investigación.