Durante la temporada estival, los hospitales suelen experimentar un incremento notable en las consultas médicas, especialmente en pediatría y urgencias. Este fenómeno es atribuido a diversos factores relacionados con el clima cálido y las actividades al aire libre. Los profesionales de la salud han identificado varias condiciones que son más comunes en esta época del año, así como medidas preventivas que pueden ayudar a mitigar estos riesgos.
**Incremento de Consultas en Urgencias**
El doctor Gurgen Harutyunyan, médico de urgencias, señala que entre las consultas más frecuentes durante el verano se encuentran los golpes de calor y la deshidratación. Estos problemas afectan especialmente a grupos vulnerables como los ancianos, los niños pequeños y aquellos que realizan actividades físicas intensas sin una adecuada hidratación. La deshidratación puede tener consecuencias graves si no se trata a tiempo, y es crucial que las personas estén atentas a los síntomas, que incluyen mareos, náuseas y piel caliente y seca.
Además, el doctor Harutyunyan destaca un aumento en las consultas por problemas gastrointestinales, que suelen ser provocados por el consumo de alimentos en mal estado, especialmente durante viajes o comidas al aire libre. Las intoxicaciones alimentarias, diarreas y gastroenteritis son comunes en esta época, y pueden llevar a la deshidratación si no se manejan adecuadamente. También se observa un incremento en las infecciones del tracto urinario, favorecidas por las altas temperaturas y la ingesta insuficiente de líquidos.
Michelle Guevara, coordinadora de Urgencias, añade que las otitis y las picaduras de insectos son otros motivos de consulta frecuentes. Con la llegada del calor, las patologías invernales como resfriados o neumonías disminuyen, mientras que aumentan las relacionadas con el calor y los cambios en la rutina alimentaria.
**Medidas Preventivas para el Verano**
El Dr. Julio José Llerena, coordinador del Servicio de Urgencias, enfatiza la importancia de adoptar medidas preventivas para evitar complicaciones. Una de las recomendaciones más importantes es el uso diario de protector solar de amplio espectro, con un factor mínimo de 30, que debe ser reaplicado cada dos horas, especialmente después de nadar o sudar. Además, se sugiere protegerse del sol utilizando sombreros, gafas y ropa adecuada, así como buscar sombra en las horas de mayor radiación, que son entre las 10:00 y las 16:00.
La hidratación adecuada es otro pilar fundamental. Es aconsejable beber agua de forma regular a lo largo del día y ofrecer líquidos con frecuencia a niños y ancianos. El Dr. Llerena también recomienda evitar exposiciones prolongadas al sol y en ambientes muy calurosos, usar ropa ligera y fresca, y programar actividades físicas en las primeras horas del día o al atardecer. Reconocer los síntomas de golpe de calor y actuar rápidamente puede ser crucial para evitar complicaciones graves.
Además, es esencial prevenir las picaduras de insectos utilizando repelentes adecuados y eliminando criaderos de mosquitos. En cuanto a la seguridad alimentaria, se deben evitar comidas expuestas al calor o en mal estado, para prevenir intoxicaciones alimentarias.
**Urgencias Pediátricas y Riesgos para Niños**
En el ámbito pediátrico, la Dra. Carolina Sanz, coordinadora de Pediatría, explica que los traumatismos y accidentes son las principales causas de consulta en urgencias durante el verano. Los niños, al estar más activos al aire libre, corren un mayor riesgo de sufrir caídas, golpes, fracturas y esguinces. Las actividades en parques, piscinas y playas, así como el uso de bicicletas y patines, aumentan la probabilidad de lesiones.
La Dra. Sanz también menciona que otros problemas de salud comunes en verano incluyen las quemaduras solares y las infecciones de la piel. La exposición prolongada al sol sin la protección adecuada puede resultar en quemaduras dolorosas, mientras que el contacto constante con superficies húmedas puede facilitar la aparición de infecciones cutáneas.
Para prevenir las otitis externas, se recomienda que los niños utilicen tapones para los oídos mientras nadan y que se aseguren de secar bien sus oídos después de estar en el agua. Mantener los oídos secos y limpios es fundamental para reducir el riesgo de infecciones. En cuanto a las infecciones de la piel, una buena higiene es clave; se aconseja lavar la piel de los niños diariamente con agua y jabón, prestando especial atención a cualquier herida o rozadura, y aplicar un antiséptico para evitar infecciones y asegurar una rápida cicatrización.
El verano puede ser una época de diversión y actividades al aire libre, pero también conlleva riesgos para la salud que deben ser gestionados adecuadamente. La educación sobre prevención y la atención a los síntomas son esenciales para disfrutar de una temporada estival segura y saludable.