El centro comercial Bonaire, ubicado en Valencia, ha tomado la decisión de cerrar todas sus instalaciones debido a la evolución del temporal que afecta a la región. Aunque el complejo abrió sus puertas por la mañana, la actividad fue muy limitada, ya que las principales tiendas, incluyendo Alcampo y las del grupo Inditex, permanecieron cerradas. La situación se tornó crítica a medida que las lluvias intensificaron, lo que llevó a los responsables del centro a cerrar por completo para garantizar la seguridad de clientes y empleados.
Bonaire se encuentra en una zona propensa a inundaciones, y ya había sufrido daños significativos durante la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que tuvo lugar el 29 de octubre del año anterior. A pesar de los daños materiales, no se reportaron víctimas gracias a la rápida intervención de los vigilantes de seguridad. Sin embargo, el centro comercial se vio envuelto en rumores falsos sobre supuestas víctimas en su aparcamiento, lo que aumentó la atención mediática sobre la situación.
El grupo Inditex, que opera varias tiendas en la zona, también decidió cerrar todas sus sucursales en Valencia ante la alerta roja emitida por las autoridades. Fuentes de la compañía confirmaron que la seguridad de sus empleados era la prioridad, y que la decisión de cerrar las tiendas se tomó después de consultar con el comité de seguridad y salud de la empresa. La situación de las tiendas en otras provincias como Alicante y Castellón dependerá de cómo evolucionen las condiciones meteorológicas.
Por otro lado, otros centros comerciales en Valencia, como Arena, han optado por dejar a los establecimientos la libertad de decidir si abrir o cerrar. Algunos comercios han decidido bajar la persiana, mientras que otros han continuado operando con precauciones. El centro comercial MN4 también cerró sus puertas en respuesta a la alerta roja, y sus responsables han mantenido informados a los clientes a través de sus redes sociales sobre la situación.
La gerencia de Bonaire había informado por la mañana que el centro se mantendría abierto, aunque con medidas de protección activadas, como el cierre del aparcamiento subterráneo y la activación de compuertas para prevenir inundaciones. Sin embargo, la evolución del clima llevó a un cambio de planes, y finalmente se decidió el cierre total por la tarde.
En cuanto a las cadenas de alimentación, la mayoría de los supermercados en Valencia abrieron sus puertas por la mañana, a excepción de Consum, que anunció el cierre de casi 200 de sus tiendas en la provincia debido a la alerta roja. Esta decisión se alinea con las políticas de seguridad de la empresa en situaciones de emergencia, como lo han confirmado fuentes de Asucova, la asociación que agrupa a estas compañías.
La situación meteorológica ha generado una serie de complicaciones en la región, incluyendo el colapso de accesos a Valencia y la dificultad para circular en diversas vías. Las autoridades han instado a la población a mantenerse informada y a seguir las recomendaciones de seguridad. La previsión de lluvias extremas ha llevado a la Generalitat a convocar a instituciones para analizar las medidas de prevención necesarias ante este tipo de fenómenos climáticos.
La comunidad se encuentra en alerta máxima, y se espera que las condiciones meteorológicas continúen afectando la región en los próximos días. Las autoridades locales están trabajando para garantizar la seguridad de los ciudadanos y minimizar los riesgos asociados con las inundaciones y otros peligros relacionados con el clima. En este contexto, la colaboración entre los comercios, las autoridades y la población es fundamental para enfrentar esta situación de emergencia.
