La reciente aprobación de la Ley 3/2025 de protección y ordenación de la costa valenciana ha generado un intenso debate entre la Generalitat Valenciana y el Gobierno de España. Este conflicto se centra en la capacidad de la Generalitat para regular y proteger ciertos núcleos urbanos costeros, lo que ha llevado a la posibilidad de que la ley termine en el Tribunal Constitucional. A medida que se desarrollan las negociaciones, las tensiones aumentan, especialmente en lo que respecta a los deslindes y la protección del patrimonio cultural.
### La Ley de Protección de la Costa Valenciana
La Ley 3/2025, aprobada por el Consell, otorga a la Generalitat la facultad de declarar ciertos núcleos urbanos como «conjuntos de edificaciones residenciales, comerciales o vinculados a actividades económicas tradicionales» con especial valor etnológico. Esta declaración permite a la Generalitat proteger estos núcleos de posibles derribos, siempre que se considere que la demolición podría resultar en la pérdida de valores culturales, históricos o etnológicos.
Sin embargo, el Gobierno central ha manifestado su desacuerdo con esta prerrogativa, argumentando que interfiere en sus competencias. Esta discrepancia ha llevado a la impugnación de 27 artículos y cinco disposiciones adicionales de la ley, lo que representa más de la mitad de la normativa. La situación se complica aún más con la reciente comunicación oficial del Ministerio para la Transición Ecológica, que exige a la Generalitat que anule la declaración de núcleo urbano con especial valor etnológico en la playa de Babilonia, en Guardamar del Segura, así como la suspensión cautelar de las demoliciones.
El conseller de Medio Ambiente, Vicent Martínez Mus, ha intentado acercar posturas con el Gobierno central, aunque las diferencias sobre los deslindes siguen siendo un obstáculo significativo. Durante una reciente reunión, se logró cierta sintonía en varios puntos, pero el tema de los deslindes sigue siendo un punto de fricción que podría llevar a un enfrentamiento judicial.
### Deslindes y su Impacto en la Comunidad
Los deslindes son líneas que delimitan el dominio público marítimo-terrestre y son fundamentales para la gestión del litoral. En el caso de la Ley 3/2025, la Generalitat busca establecer un marco que le permita gestionar estos deslindes de manera que proteja los intereses de los propietarios de viviendas en la costa. Sin embargo, el Gobierno central considera que esta gestión podría invadir competencias estatales, lo que ha llevado a la amenaza de un recurso ante el Tribunal Constitucional.
La situación es especialmente delicada para los residentes de la playa de Babilonia, donde el Gobierno ha exigido que se lleven a cabo demoliciones de viviendas que, según la Generalitat, están protegidas bajo la nueva ley. Este conflicto no solo afecta a los propietarios de las viviendas, sino que también plantea preguntas sobre la protección del patrimonio cultural y la gestión sostenible del litoral.
La Generalitat ha manifestado su intención de seguir adelante con la protección de estos núcleos costeros, y en este sentido, se está trabajando en un futuro reglamento que incorporará mejoras a la ley actual. Este reglamento será sometido a información pública en los próximos días, lo que permitirá a los ciudadanos y a las partes interesadas expresar sus opiniones y preocupaciones.
La tensión entre la Generalitat y el Gobierno central refleja un conflicto más amplio sobre la gestión del litoral en España, donde las competencias sobre la costa son un tema de debate constante. La capacidad de las comunidades autónomas para regular su propio litoral es un tema sensible, especialmente en regiones donde el turismo y la protección del medio ambiente son cruciales para la economía local.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, el futuro de la Ley 3/2025 y su implementación se mantiene incierto. Las negociaciones entre la Generalitat y el Gobierno central continuarán, pero el riesgo de un enfrentamiento judicial parece cada vez más probable. La comunidad afectada observa con atención cómo se desarrollan estos eventos, conscientes de que sus hogares y su patrimonio cultural están en juego.
