La crianza compartida se ha convertido en un tema recurrente en los juzgados de familia, especialmente en situaciones donde los padres divorciados no logran llegar a un acuerdo sobre la educación y actividades de sus hijos. En Vigo, los magistrados han visto un aumento significativo en los procedimientos de jurisdicción voluntaria, donde los desacuerdos sobre la patria potestad se han vuelto más complejos y variados. Desde la elección del colegio hasta la participación en actividades extraescolares, los jueces se ven obligados a intervenir en decisiones que deberían ser tomadas en conjunto por los progenitores.
### Conflictos Comunes en la Crianza Compartida
Uno de los conflictos más comunes que enfrentan los jueces se relaciona con las actividades extraescolares. Padres divorciados a menudo no están de acuerdo sobre si sus hijos deben participar en deportes como el fútbol o el baloncesto. La falta de consenso puede surgir de la percepción de que estas actividades restan tiempo valioso que los padres podrían pasar con sus hijos. Un padre puede argumentar que la elección de un horario para una actividad extraescolar está diseñada para limitar su tiempo con el niño, lo que lleva a una escalada de tensiones.
El Código Civil establece que, en caso de desacuerdo sobre la patria potestad, cualquiera de los progenitores puede acudir a la autoridad judicial. Esto significa que los jueces deben escuchar a ambas partes y, si el niño tiene suficiente madurez, también se le puede consultar. La decisión final sobre quién tiene la facultad de decidir recae en el juez, quien debe considerar el bienestar del menor como prioridad.
Además de las actividades extraescolares, otro tema que frecuentemente causa disputas es el empadronamiento del menor. En situaciones de custodia compartida, surge la pregunta de en qué dirección debe constar oficialmente el niño. Este aspecto puede estar vinculado a beneficios económicos, como subvenciones o becas, lo que añade otra capa de complejidad a la situación. Los jueces a menudo se ven obligados a tomar decisiones que, en teoría, deberían ser resueltas por los padres de manera consensuada.
### La Importancia del Sentido Común
A pesar de que los jueces tienen la autoridad para decidir en estos casos, no siempre es necesario que intervengan. En ocasiones, los magistrados optan por no tomar partido y sugieren que los padres lleguen a un acuerdo basado en el sentido común y en el bienestar de sus hijos. Esto es especialmente relevante en situaciones donde la intervención judicial no puede resolver problemas que son, en esencia, de naturaleza familiar. Por ejemplo, un juez puede decidir no obligar a un padre a entregar documentos importantes como el DNI o la tarjeta sanitaria del niño, si considera que la falta de entrega no pone en riesgo al menor.
Sin embargo, hay casos en los que la intervención judicial es necesaria para proteger los derechos del menor. Recientemente, una madre fue autorizada por la Audiencia a matricular a sus hijos en un colegio en Inglaterra, a pesar de la oposición del padre. Los jueces valoraron que la experiencia sería beneficiosa para la formación lingüística de los menores, lo que demuestra que, en última instancia, el interés del niño es el factor determinante en las decisiones judiciales.
Para evitar que estas discrepancias terminen en un litigio, cada vez es más común que los convenios de divorcio incluyan cláusulas detalladas sobre la crianza de los hijos. Estos acuerdos no solo abordan aspectos clásicos como la custodia y la pensión de alimentos, sino que también especifican cómo se manejarán las actividades extraescolares, la comunicación entre los padres y los gastos extraordinarios. Por ejemplo, algunos convenios establecen que los progenitores deben informarse mutuamente sobre el estado de salud del niño y cualquier tratamiento médico que esté recibiendo, incluso en casos de enfermedades leves.
Los convenios también pueden detallar cómo se compartirán los gastos extraordinarios, desde actividades recreativas hasta gastos educativos. Esto es crucial para evitar malentendidos y conflictos que puedan llevar a la intervención judicial. En algunos casos, se estipula que si no hay consenso sobre un gasto, este será asumido por el progenitor que lo decida, lo que puede ayudar a prevenir disputas innecesarias.
La situación de los padres divorciados en relación con la crianza de sus hijos es un reflejo de la complejidad de las relaciones familiares modernas. A medida que más parejas optan por la custodia compartida, es probable que los juzgados sigan enfrentándose a una variedad de casos que requieren un delicado equilibrio entre la ley y el sentido común. La clave para una crianza exitosa en estos contextos radica en la comunicación y la disposición de ambos progenitores para trabajar juntos por el bienestar de sus hijos.