La situación del CEIP Juan XXIII de Torrent ha sido un tema de gran relevancia en la comunidad educativa, especialmente tras los efectos devastadores de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó a la región. Aunque el colegio no sufrió daños directos, la destrucción de la pasarela peatonal que conectaba el barrio del Xenillet con el centro educativo ha generado importantes desafíos logísticos para el regreso a clases. Este artículo explora las medidas adoptadas para garantizar la seguridad y el bienestar de los estudiantes en este contexto complicado.
**Impacto de la DANA en la Comunidad Educativa**
La DANA que azotó la región dejó a su paso una serie de daños colaterales que afectaron a la rutina diaria de los estudiantes del CEIP Juan XXIII. Aunque las instalaciones del colegio se mantuvieron intactas, la pasarela que permitía el acceso seguro de los alumnos desde el barrio del Xenillet fue arrasada, complicando el trayecto que antes tomaban los estudiantes para llegar a la escuela. Este acceso era utilizado diariamente por aproximadamente 150 escolares, quienes ahora se ven obligados a buscar alternativas para llegar a su centro educativo.
Ante esta situación, el Ayuntamiento de Torrent ha implementado un servicio de autobús urbano gratuito para facilitar el transporte de los estudiantes. Sin embargo, este cambio ha incrementado el tiempo de desplazamiento de cinco a 25 minutos, lo que ha generado preocupación entre los padres. La falta de un acceso seguro y directo ha llevado a muchos a cuestionar la seguridad de sus hijos durante el trayecto, especialmente en un autobús urbano que no estaba diseñado para el transporte escolar.
**Medidas Provisionales y Soluciones a Largo Plazo**
Diez meses después de la DANA, la situación sigue siendo delicada. Para el inicio del nuevo curso escolar, los alumnos de Primaria del CEIP Juan XXIII deben reunirse a las 9 de la mañana en la Escuela Infantil del mismo nombre, donde serán recogidos por un autobús. Esta medida, que inicialmente se pensó como temporal, se ha convertido en una solución recurrente. A pesar de que el puente de Alaquàs ha reabierto, lo que ha reducido el tiempo de viaje, muchos padres siguen preocupados por la seguridad de sus hijos en el transporte escolar.
La concejalía de Educación, bajo la dirección de Vox, ha anunciado que este año se utilizarán dos autobuses escolares con monitores para garantizar un viaje más seguro y eficiente. Esta decisión busca minimizar el tiempo de espera y asegurar que los estudiantes lleguen a tiempo para el inicio de las clases. Sin embargo, algunos padres todavía expresan su desconfianza hacia el uso de autobuses de línea, lo que refleja la necesidad de una solución más permanente y segura.
Mientras tanto, la Conselleria de Educación ha comenzado las obras de reconstrucción de la pasarela peatonal, declaradas de emergencia. Estas obras, que se iniciaron en diciembre, tienen un plazo estimado de doce meses y una inversión de 5.832.000 euros. La reconstrucción de la pasarela es crucial no solo para el CEIP Juan XXIII, sino también para otros centros educativos de la zona, ya que facilitará el acceso seguro de los estudiantes y aliviará la carga sobre el sistema de transporte alternativo.
A pesar de los esfuerzos realizados, algunos residentes del barrio del Xenillet han expresado su preocupación por la lentitud de las obras. La falta de actividad en el sitio de construcción ha llevado a especulaciones sobre si se cumplirán los plazos establecidos. La comunidad espera que la pasarela esté lista antes de que finalice el año, ya que su finalización es vital para la seguridad y comodidad de los estudiantes.
En resumen, el CEIP Juan XXIII de Torrent enfrenta un desafío significativo en su regreso a clases tras la DANA. Las medidas provisionales implementadas por el Ayuntamiento y la Conselleria de Educación son pasos importantes, pero la comunidad sigue esperando una solución definitiva que garantice la seguridad de los estudiantes y facilite su acceso al colegio. La reconstrucción de la pasarela es un paso crucial hacia la normalización de la vida escolar en la región, y su finalización será un alivio tanto para los padres como para los alumnos que dependen de ella para su día a día.
