La reciente reapertura de la Línea 1 de Metrovalencia ha estado marcada por una serie de complicaciones que han generado preocupación entre los usuarios y el personal de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV). Tras permanecer cerrada durante ocho meses debido a los daños causados por la dana del 29 de octubre, la línea volvió a operar el 27 de junio, pero no sin enfrentar un sinfín de problemas técnicos que han afectado la experiencia de los pasajeros y la seguridad del servicio.
**Incidencias y Averías en la Reapertura**
Desde el primer día de funcionamiento, la Línea 1 ha registrado un total de 75 averías en solo once días. Estos problemas han sido especialmente evidentes en los pasos a nivel entre Torrent y Castelló de la Ribera, así como en la señalización ferroviaria en varias estaciones. Las averías han incluido fallos en los enclavamientos, que son dispositivos cruciales para la señalización y el movimiento de los trenes, así como problemas de ocupación en los cantones, que son tramos de vía que no pueden ser ocupados por más de un tren a la vez.
El primer día de operaciones, se contabilizaron once averías en diferentes pasos a nivel, lo que generó retrasos significativos. A medida que avanzaron los días, los problemas continuaron, con incidencias reportadas en la estación de Torrent Avinguda y otros puntos críticos como Picanya y la Font de l’Almaguer. El comité de empresa ha expresado su preocupación por la falta de condiciones adecuadas en las que se ha reabierto el servicio, lo que ha llevado a una experiencia de viaje menos que ideal para los usuarios.
La situación se volvió aún más crítica cuando se reveló que el cantón entre las estaciones de Torrent y Realón había estado averiado desde el 13 de junio. Esto, junto con la desconexión del sistema Westrace en la estación de Torrent Avinguda, ha complicado aún más la operativa diaria del metro. Los maquinistas se han visto obligados a realizar “rebases autorizados” y a circular en “marcha a la vista” en tramos con problemas, lo que aumenta el riesgo de accidentes y pone en peligro tanto a los trabajadores como a los pasajeros.
**Reacciones y Demandas de Mejoras**
La Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Valencia ha validado las denuncias del Semaf, el sindicato español de maquinistas ferroviarios, que ha exigido la implementación de protocolos de actuación ante situaciones de emergencia meteorológica. La investigación realizada por la Inspección concluyó que no se adoptaron medidas preventivas adecuadas por parte de los mandos superiores de FGV, a pesar de los avisos de riesgo emitidos por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
El informe destaca que la decisión de paralizar el servicio no se tomó hasta que la situación se volvió insostenible, lo que resultó en el aislamiento de trabajadores y usuarios en diversas estaciones. Además, se señala que el puesto de mando continuó funcionando hasta que las condiciones se volvieron peligrosas, lo que pone de manifiesto una falta de diligencia en la gestión de la crisis.
La Inspección de Trabajo ha instado a FGV a revisar sus protocolos de actuación ante emergencias y a introducir medidas específicas para hacer frente a fenómenos meteorológicos adversos. Esto es crucial para garantizar la seguridad de los trabajadores y usuarios del servicio, especialmente en un contexto donde las condiciones climáticas pueden ser impredecibles.
A pesar de las dificultades, la primera semana tras la reapertura vio cerca de 100,000 viajeros utilizar el servicio. Sin embargo, la satisfacción de los pasajeros se ha visto empañada por los constantes retrasos y las averías. Muchos usuarios han expresado su frustración, señalando que, aunque estaban emocionados por la reanudación del servicio, los problemas técnicos han hecho que sus trayectos sean más complicados y menos confiables.
La situación actual de la Línea 1 de Metrovalencia es un claro reflejo de la necesidad de una gestión más efectiva y de una mayor inversión en infraestructura y mantenimiento. La combinación de la falta de protocolos adecuados y la presión por reanudar el servicio ha llevado a un escenario donde la seguridad y la eficiencia están en juego. Las autoridades deben actuar rápidamente para abordar estos problemas y garantizar que el servicio de metro pueda operar de manera segura y eficiente en el futuro.