En un día soleado de mayo, Fernando y Manuel se encuentran bajo la sombra de un árbol, conversando sobre el inminente cierre del hospital Doctor Moliner. Este centro, que ha sido un pilar en la atención a pacientes crónicos y de larga estancia, se prepara para una reforma integral que durará aproximadamente cinco años. La noticia ha generado una mezcla de incertidumbre y preocupación entre los pacientes y sus familias, quienes se enfrentan a la posibilidad de ser trasladados a otros centros de salud.
La situación es especialmente delicada para Fernando, quien ha estado ingresado durante cuatro meses y anhela regresar a su hogar en la Pobla de Vallbona. Sin embargo, su estado de salud aún no le permite recibir el alta médica. En caso de que no se le dé el alta antes del cierre del hospital, será trasladado al hospital Padre Jofre o al complejo sanitario Quart-Mislata, que anteriormente funcionaba como un hospital militar. Este cambio es parte de un plan más amplio de la Conselleria de Sanidad, que busca garantizar la atención a los pacientes durante la reforma del Doctor Moliner.
### La Incertidumbre de los Pacientes
Fernando y Manuel no son los únicos que sienten la presión del cierre. Muchos pacientes han expresado su preocupación por perder el contacto con el personal del hospital, al que consideran parte de su familia. «Estamos muy bien atendidos y la comida es muy buena», comenta Fernando, destacando la calidad del servicio y el entorno natural que rodea al hospital, ubicado en la sierra Calderona. Sin embargo, la perspectiva de ser trasladados a un entorno urbano, con más contaminación y ruido, les genera inquietud.
La Conselleria de Sanidad ha anunciado que habilitará un total de 132 camas en otros centros para atender a los pacientes del Doctor Moliner. Sin embargo, esto representa una reducción significativa en comparación con las 186 camas disponibles actualmente. Aunque las autoridades aseguran que habrá espacio suficiente para todos, la realidad es que muchos familiares han expresado su descontento con las condiciones de las nuevas instalaciones, que son más pequeñas y menos adecuadas.
La falta de información clara sobre el proceso de traslado ha alimentado la rumorología entre los pacientes y sus familias. Muchos esperan con ansiedad la reunión informativa programada con la gerencia del hospital, donde esperan obtener respuestas a sus inquietudes. La incertidumbre es palpable, y la necesidad de claridad se vuelve cada vez más urgente a medida que se acerca la fecha de cierre.
### Desafíos Estructurales y el Futuro del Hospital
El Doctor Moliner no solo enfrenta el desafío del traslado de pacientes, sino que también ha sido objeto de críticas por sus deficiencias estructurales. El edificio, que tiene más de 100 años, ha sido objeto de reparaciones constantes, pero aún presenta problemas significativos, como humedades y grietas. Javier Alonso, un representante del personal, ha señalado que nunca ha conocido un verano sin obras de mantenimiento en el hospital. La situación actual ha llevado a la Conselleria a tomar la difícil decisión de cerrar el centro para realizar una reforma integral.
La inversión prevista para esta reforma asciende a 65 millones de euros, y aunque se había planteado realizarla en dos fases, se ha decidido llevarla a cabo en una única fase por motivos de seguridad. Esta decisión ha generado críticas por parte de algunos sectores, que acusan al gobierno de haber ignorado las advertencias sobre las deficiencias del edificio durante años.
El cierre del Doctor Moliner también tendrá un impacto en el personal, que deberá ser reubicado en otros centros. Muchos trabajadores han expresado su preocupación por la falta de información sobre sus futuros destinos laborales. La incertidumbre también afecta a los servicios de cocina, ya que los nuevos centros no cuentan con instalaciones propias, lo que obligará a depender de empresas externas para la alimentación de los pacientes.
A medida que se acerca la fecha de cierre, los pacientes, sus familias y el personal del Doctor Moliner se enfrentan a un futuro incierto. La esperanza es que la reforma del hospital resulte en un espacio más seguro y adecuado para la atención de los pacientes, pero el camino hacia esa meta está lleno de desafíos y preocupaciones. Mientras tanto, los últimos pacientes del Doctor Moliner continúan su lucha por recibir la atención que necesitan, en un entorno que ha sido su hogar durante tanto tiempo.