Los huertos urbanos de Sociópolis, ubicados en la Torre, han sido un símbolo de la agricultura urbana en València, pero tras el paso devastador de la dana el 29 de octubre, su estado ha cambiado drásticamente. Este espacio, que antes era un pequeño paraíso hortícola donde los vecinos cultivaban tomates, repollos y alcachofas, se encuentra actualmente en un estado de abandono. A medida que se cumplen siete meses desde la catástrofe, las 250 parcelas que conforman estos huertos están cubiertas de malas hierbas y cultivos asilvestrados, dejando atrás la imagen de un lugar vibrante y productivo.
La concepción de estos huertos por parte del arquitecto Vicente Guallart tenía como objetivo recordar la huerta que existía antes de la urbanización de la zona. Sin embargo, el Consell Agrari no ha proporcionado información clara sobre cuándo se rehabilitarán estos espacios, lo que ha generado preocupación entre los ciudadanos que valoran la importancia de la agricultura urbana. La Concejalía de Agricultura, liderada por José Gosálbez de Vox, no ha ofrecido detalles sobre los planes de recuperación, lo que deja a los huertos de Sociópolis en un limbo administrativo.
En contraste con la situación de Sociópolis, el Ayuntamiento de València ha adjudicado recientemente la urbanización de nuevos huertos urbanos en el barrio de Orriols. Este proyecto, que costará 382.000 euros, busca transformar una parcela sin uso en un espacio cultivable que incluirá 25 parcelas y una zona de descanso con mesas y bancos. La ejecución de este proyecto cuenta con financiación de la Unión Europea a través del programa Next Generation EU, lo que refleja un esfuerzo por revitalizar la agricultura urbana en la ciudad, aunque la atención parece estar desviada de los huertos de Sociópolis.
La situación de los huertos urbanos en València es un reflejo de la política agrícola de la ciudad. Durante la administración del anterior alcalde Joan Ribó, se promovieron iniciativas para fomentar el autoconsumo y la producción local de hortalizas. Se anunciaron cambios en las ordenanzas urbanísticas para incluir parcelas agrícolas en nuevos desarrollos y se impulsaron proyectos como jardines agrícolas en solares vacíos. Sin embargo, el nuevo gobierno del PP y Vox no ha mostrado interés en continuar con estas iniciativas, lo que ha llevado a un estancamiento en la creación de nuevos huertos urbanos.
Los huertos urbanos de Malilla y la Rambleta, que son gestionados por colectivos ciudadanos, han demostrado que existe una alta demanda por estos espacios. A pesar de la falta de apoyo institucional, los agricultores comunitarios han mantenido sus parcelas en condiciones óptimas, cultivando una variedad de hortalizas y verduras. La Asociación Geshuma, que gestiona los huertos de Malilla, ha sido un ejemplo de cómo la gestión comunitaria puede prosperar incluso en un entorno adverso.
La situación de los huertos de Sociópolis es un recordatorio de la fragilidad de los espacios verdes urbanos y la necesidad de políticas sostenibles que apoyen la agricultura urbana. La falta de un plan claro para la rehabilitación de estos huertos no solo afecta a los agricultores locales, sino que también limita las oportunidades de la comunidad para acceder a alimentos frescos y saludables. La posibilidad de establecer una Escuela Municipal Agraria, que había sido considerada por la anterior concejala de Agricultura, Cecilia Herrero, podría haber sido un paso positivo hacia la revitalización de la agricultura en la ciudad, pero esta propuesta no ha avanzado.
En resumen, el futuro de los huertos urbanos en Sociópolis es incierto, y la falta de acción por parte de las autoridades locales plantea serias dudas sobre la dirección que tomará la agricultura urbana en València. Mientras algunos barrios como Orriols ven la llegada de nuevos espacios de cultivo, otros, como Sociópolis, quedan en la sombra, esperando una respuesta que parece no llegar. La comunidad sigue esperando que se reconozca la importancia de estos espacios no solo como fuentes de alimentos, sino también como lugares de encuentro y cohesión social.