La Audiencia Provincial de Valencia ha reanudado el juicio contra Pedro Lozano Jiménez, conocido popularmente como el ‘Rambo de Requena’. Este caso ha captado la atención del público debido a la serie de asaltos violentos que perpetró en entornos rurales de la comarca de la Plana de Utiel-Requena entre enero y marzo de 2020. La Fiscalía ha solicitado una condena de 21 años de prisión, que corresponde a la suma de las penas por los seis delitos que se le imputan. Este juicio, que originalmente estaba programado para julio de 2024, se vio obligado a aplazarse tras un incidente en el que el acusado atacó a mordiscos a dos guardias civiles durante su traslado a la Ciudad de la Justicia de Valencia.
El ‘Rambo de Requena’ ya cumple una condena de 27 años en prisión por intentar asesinar a dos agentes de la Guardia Civil en Teruel en junio de 2020. Este ataque ocurrió cuando Lozano fue trasladado desde la cárcel de Zuera a la de Murcia, y posteriormente a la de Alicante, debido a su comportamiento violento. Para evitar que se repitieran incidentes similares durante el juicio, el acusado ha declarado por videoconferencia desde el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent, donde se encuentra recluido.
Durante la sesión, Lozano se mantuvo en silencio y se negó a responder a las preguntas de la jueza y su abogado. La jueza, a solicitud de la fiscal, requirió la certificación de un médico psiquiatra para confirmar que el acusado estaba en condiciones de participar en el juicio y era consciente de las implicaciones del proceso, dado su evidente trastorno psiquiátrico.
Los delitos que se le imputan incluyen un delito leve de usurpación, cuatro delitos de robo con violencia e intimidación, un delito de robo con fuerza en casa habitada en grado de tentativa, y un delito de tenencia de arma prohibida. Uno de los robos más notorios ocurrió entre el 21 de enero y el 24 de febrero de 2020, cuando Lozano irrumpió en una vivienda de una aldea de Requena, rompiendo la cerradura principal y permaneciendo en el lugar sin el consentimiento de su propietario.
El 28 de febrero de 2020, el acusado llevó a cabo cuatro robos con violencia, en los que utilizó una escopeta de cañones recortados para amenazar a sus víctimas. En estos asaltos, encañonó a los propietarios de varios vehículos, exigiéndoles que lo llevaran a su destino bajo la amenaza de dispararles si se resistían. Las víctimas han testificado en el juicio, compartiendo el miedo que experimentaron durante los asaltos. Una de ellas declaró: «Pensé, si me dispara aquí me hace un hueco».
Este caso ha puesto de manifiesto la creciente preocupación por la violencia en entornos rurales, donde los delitos como los robos con violencia son menos comunes, pero pueden tener un impacto devastador en las comunidades afectadas. La figura del ‘Rambo de Requena’ se ha convertido en un símbolo de esta problemática, generando un debate sobre la seguridad en áreas menos pobladas y la necesidad de medidas más efectivas para proteger a los ciudadanos.
El juicio continúa, y se espera que se presenten más testimonios y pruebas que ayuden a esclarecer los hechos y determinar la culpabilidad del acusado. La atención del público y los medios de comunicación sobre este caso refleja no solo el interés por la figura del ‘Rambo de Requena’, sino también la necesidad de abordar la violencia y la criminalidad en las zonas rurales de manera más integral. A medida que avanza el juicio, se espera que se tomen decisiones que no solo afecten a Lozano, sino que también envíen un mensaje claro sobre la tolerancia cero hacia la violencia y el crimen en cualquier forma.