El caso del asesinato del canónigo emérito de la catedral de València, Alfonso López Benito, ha captado la atención de la opinión pública y ha generado un intenso debate en el ámbito judicial. La complejidad del caso se ha intensificado con la reciente decisión del juez José Antonio Mora Alarcón, quien ha fijado el juicio con jurado para el único imputado, Miguel Tomás V. N., del 26 de enero al 3 de febrero de 2026. Este artículo explora los detalles del caso, las implicaciones legales y las controversias que lo rodean.
La trágica muerte de Alfonso López Benito, de 81 años, ocurrió el 23 de enero de 2024, cuando fue encontrado asfixiado y estrangulado en su cama en un piso del Arzobispado de València. La investigación inicial reveló que el canónigo fue hallado desnudo, lo que ha llevado a especulaciones sobre las circunstancias de su muerte. A pesar de que Miguel Tomás V. N. ha sido el único detenido en relación con el crimen, la falta de evidencia física que lo vincule al lugar del asesinato ha generado dudas sobre su culpabilidad.
### La Falta de Evidencia y las Implicaciones Legales
Uno de los aspectos más intrigantes del caso es la ausencia de pruebas que demuestren la presencia de Miguel Tomás en el apartamento del canónigo. Según los informes, no se encontraron huellas dactilares ni ADN del acusado en la escena del crimen. Además, su teléfono móvil no se conectó a la red Wi-Fi del sacerdote, y no hay testigos que puedan confirmar su presencia en el lugar en el momento del asesinato. Esta falta de evidencia ha llevado a la Fiscalía a considerar la posibilidad de que exista un segundo autor del crimen, lo que complica aún más la situación legal de Miguel Tomás.
El magistrado ha permitido la comparecencia de testigos propuestos tanto por la Fiscalía como por la defensa, pero ha dejado claro que no se admitirán pruebas documentales que no sean explicadas por los propios agentes en el juicio. Esta decisión se basa en la ley del jurado, que ha estado en vigor desde 1995, y que busca garantizar que el jurado escuche directamente las declaraciones de los testigos. Sin embargo, esta medida también ha sido vista como un indicativo de la incertidumbre que rodea al caso, ya que el juez ha advertido sobre la posibilidad de que el jurado reciba información incompleta o sesgada.
La defensa de Miguel Tomás argumenta que su cliente no participó en el asesinato, sino que se benefició de un robo relacionado con el crimen. Se le acusa de haber utilizado las tarjetas de crédito del canónigo para realizar extracciones de dinero y compras, lo que ha llevado a la Fiscalía a solicitar una pena de 28 años de prisión por asesinato, estafa y robo con violencia. Sin embargo, el abogado defensor sostiene que Miguel Tomás no tenía conocimiento de la muerte del canónigo hasta que se lo comunicó un segundo individuo, conocido como Manuel, quien supuestamente estuvo presente en el momento del crimen.
### La Búsqueda del Verdadero Autor
La figura de Manuel, el presunto segundo autor del crimen, ha sido un punto focal en el desarrollo del caso. A pesar de que la Fiscalía ha mencionado la posibilidad de que Manuel sea el verdadero autor material del asesinato, su identificación y localización han sido problemáticas. La defensa ha criticado la falta de diligencia por parte de la Policía en la búsqueda de este individuo, señalando que las indagaciones para localizarlo no comenzaron hasta 15 meses después del crimen. Esta demora ha suscitado interrogantes sobre la efectividad de la investigación y la posibilidad de que el verdadero culpable permanezca en libertad.
El hecho de que no haya evidencia física que vincule a Miguel Tomás con el crimen ha llevado a muchos a cuestionar la solidez del caso en su contra. La ausencia de imágenes del acusado en las cámaras de seguridad cercanas al lugar del asesinato y la falta de testigos que puedan corroborar su presencia en el apartamento del canónigo han alimentado la percepción de que el caso podría estar basado más en suposiciones que en pruebas concretas.
El juicio que se avecina promete ser un evento mediático, dado el interés público en el caso y las implicaciones morales y legales que conlleva. La comunidad de València sigue de cerca los desarrollos, esperando respuestas sobre un crimen que ha dejado una profunda huella en la sociedad. La figura del canónigo, que era conocido por su labor en la catedral, se ha visto empañada por este escándalo, y la búsqueda de justicia se ha convertido en un tema candente en la región.
A medida que se acerca la fecha del juicio, las expectativas son altas. La defensa de Miguel Tomás se prepara para argumentar que su cliente no es culpable del asesinato, mientras que la Fiscalía se enfrenta al desafío de presentar un caso sólido sin pruebas físicas que respalden sus acusaciones. La resolución de este caso no solo afectará a los involucrados directamente, sino que también tendrá repercusiones en la percepción pública sobre el sistema judicial y la capacidad de la Policía para resolver crímenes complejos.
El asesinato del canónigo Alfonso López Benito es un recordatorio de que, en el ámbito judicial, la verdad a menudo es más complicada de lo que parece. A medida que se desarrollan los acontecimientos, la sociedad espera que se haga justicia y que se esclarezcan los misterios que rodean este trágico suceso.
