Guillermo Fernández Vara, un nombre que resonará en la historia de Extremadura, ha dejado una huella imborrable en la política española. Nacido el 6 de octubre de 1958 en Olivenza, Badajoz, su vida estuvo marcada por un compromiso inquebrantable con su comunidad y una dedicación a la política que abarcó más de dos décadas. Su reciente fallecimiento, a causa de una larga enfermedad, ha conmocionado a la sociedad extremeña y al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), donde fue una figura clave durante años.
La carrera política de Fernández Vara comenzó en 2003, cuando fue elegido diputado en la Asamblea de Extremadura. Desde entonces, ocupó varios cargos en la Junta de Extremadura, incluyendo director general de Salud Pública y Consumo, consejero de Bienestar Social, consejero de Sanidad y, finalmente, presidente de la Junta en dos periodos: de 2007 a 2011 y de 2015 a 2023. Su trayectoria estuvo marcada por un enfoque moderado y conciliador, lo que le valió el respeto y la admiración de muchos, incluso de sus adversarios políticos.
### Un Político de Diálogo y Moderación
Guillermo Fernández Vara fue conocido por su estilo político dialogante y su capacidad para construir consensos. A lo largo de su carrera, demostró que la política no tiene que ser un campo de batalla, sino un espacio para el entendimiento y la colaboración. Su famosa frase, «Ganar y perder son dos caras de la misma moneda», refleja su filosofía de vida y su enfoque hacia la política. Para él, lo más importante era servir a la comunidad, sin importar el costo personal.
Su ascenso a la presidencia de la Junta de Extremadura fue un momento decisivo en su carrera. En 2006, fue elegido como sucesor de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien había gobernado durante 24 años. Fernández Vara, con su experiencia y su talante negociador, logró mantener la mayoría absoluta del PSOE en las elecciones de 2007, obteniendo el segundo mejor resultado en la historia del partido en la región. Este éxito no solo consolidó su posición, sino que también marcó el inicio de una nueva etapa en la política extremeña.
Durante su mandato, Fernández Vara se enfrentó a numerosos desafíos, incluyendo la crisis económica que afectó a España y, por ende, a Extremadura. Sin embargo, su enfoque siempre fue el mismo: buscar el diálogo y el consenso, incluso con la oposición. Esto se evidenció en su colaboración con el Partido Popular para aprobar reformas importantes, como la reforma del Estatuto de Autonomía y la Ley de Educación.
### La Lucha Personal y Política
La vida de Fernández Vara no estuvo exenta de dificultades. En 2011, sufrió una dura derrota electoral que marcó un punto de inflexión en su carrera. A pesar de haber obtenido 30 escaños, la abstención de Izquierda Unida permitió que el Partido Popular formara gobierno. Este revés fue un golpe duro para él, tanto a nivel personal como político. Sin embargo, en lugar de rendirse, decidió aprender de la experiencia y se tomó un tiempo para reflexionar sobre su trayectoria.
Durante su tiempo en la oposición, Fernández Vara continuó trabajando por su comunidad. A pesar de no estar en el poder, mantuvo su compromiso con la política y la sociedad extremeña. En 2015, regresó a la presidencia de la Junta, esta vez con un enfoque renovado y una mayor determinación. Su capacidad para adaptarse a las circunstancias y su voluntad de dialogar con todos los sectores políticos fueron clave para su regreso.
La pandemia de COVID-19 presentó un nuevo desafío para su gobierno. Fernández Vara se convirtió en un líder en la gestión de la crisis sanitaria, defendiendo siempre la importancia de la sanidad pública y la protección de los ciudadanos. Su experiencia personal con la enfermedad, que se intensificó en sus últimos años, le otorgó una perspectiva única y un sentido de urgencia en su trabajo.
En su último discurso público, Fernández Vara expresó su gratitud hacia su familia, amigos y compañeros de partido. Su mensaje fue claro: la vida es un regalo y debemos vivirla plenamente, luchando por los que más lo necesitan. Su legado perdurará en la memoria de aquellos que lo conocieron y en la historia de Extremadura, donde su influencia se sentirá durante muchos años.
Guillermo Fernández Vara fue más que un político; fue un hombre de principios, un defensor de la igualdad y un ejemplo de cómo la política puede ser un instrumento de cambio positivo. Su vida y su carrera son un testimonio de que, a pesar de los desafíos, siempre es posible encontrar un camino hacia el entendimiento y la colaboración. Su legado es un llamado a todos los políticos a seguir su ejemplo y trabajar por un futuro mejor para todos los ciudadanos.