Pere Enguix, un destacado médico de Carcaixent, falleció el 16 de junio de 2025 a los 77 años, dejando un legado imborrable en la medicina y en la lucha por los derechos de las mujeres en España. Su vida estuvo marcada por su compromiso con el parto respetuoso y su defensa de la autonomía de las mujeres en decisiones reproductivas, convirtiéndose en un referente del movimiento feminista durante la transición de la dictadura a la democracia.
### Un defensor de la autonomía femenina
Enguix se destacó en los años 80 por su valentía al practicar abortos en un contexto donde esta práctica era penalizada. Enfrentó la cárcel en dos ocasiones, lo que lo convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos reproductivos. Su autoinculpación fue un acto de desafío que resonó en el movimiento feminista, que se movilizó en su defensa. Enguix no solo se preocupaba por la salud física de las mujeres, sino que también abogaba por su bienestar emocional y psicológico, entendiendo que el aborto es un proceso íntimo que debe ser tratado con respeto y dignidad.
En una entrevista de 1986, Enguix expresó su convicción de que la interrupción del embarazo no debería tener repercusiones externas, enfatizando que «sobre mí nadie puede legislar». Esta declaración reflejaba su creencia en la autonomía de las mujeres y su derecho a decidir sobre sus cuerpos. Su enfoque humanista y ético en la medicina lo llevó a ser un pionero en la atención a las necesidades de las mujeres, que a menudo eran ignoradas por el sistema médico tradicional.
### Innovaciones en el parto respetuoso
Además de su activismo en el ámbito del aborto, Enguix fue un pionero en la promoción del parto natural y respetuoso. Fundó la Clínica Acuario, donde implementó prácticas innovadoras que desafiaban las normas establecidas en la atención al parto. Su enfoque se centraba en crear un ambiente familiar y acogedor, alejándose de la frialdad de los hospitales y los procedimientos quirúrgicos. Enguix creía firmemente que el parto debía ser un acto familiar, donde la mujer pudiera sentirse empoderada y rodeada de sus seres queridos.
Entre sus innovaciones, se encontraba la idea de permitir que las mujeres dieran a luz en bañeras, una práctica que en aquel entonces era considerada radical. Sin embargo, con el tiempo, muchas de sus técnicas fueron adoptadas por la sanidad pública, lo que demuestra su visión adelantada a su época. Enguix defendía que las mujeres no debían ser tratadas como enfermas durante el embarazo, sino como protagonistas de un proceso natural y hermoso.
Su legado en la salud sexual y reproductiva se extiende más allá de sus contribuciones prácticas. Enguix fue un defensor incansable de la educación sexual y la importancia de empoderar a las mujeres para que tomen decisiones informadas sobre sus cuerpos. En sus entrevistas, a menudo hablaba sobre la necesidad de que los hombres se involucraran en el proceso reproductivo, sugiriendo que si los varones asumieran una mayor corresponsabilidad, muchas mujeres optarían por continuar con sus embarazos.
A lo largo de su carrera, Enguix asistió a más de cuatro mil partos, dejando una huella indeleble en la vida de muchas familias. Su enfoque humanista y su compromiso con la dignidad de las mujeres lo convirtieron en un referente no solo en España, sino también a nivel europeo. Su trabajo ayudó a cambiar la percepción del parto y la salud reproductiva, promoviendo un enfoque más respetuoso y centrado en la mujer.
Pere Enguix no solo fue un médico; fue un activista, un pionero y un defensor de los derechos de las mujeres. Su vida y su obra continúan inspirando a nuevas generaciones de profesionales de la salud y activistas que luchan por la autonomía y el respeto hacia las mujeres en el ámbito reproductivo. Su legado perdurará en la memoria colectiva como un símbolo de la lucha por la libertad y la dignidad de las mujeres en España.