La Renta Valenciana de Inclusión (RVI) ha sido un pilar fundamental para muchas familias en la Comunidad Valenciana, proporcionando un soporte económico esencial para aquellos que se encuentran en situaciones vulnerables. Sin embargo, un reciente informe del Instituto Valenciano de Estadística (IVE) ha revelado un descenso significativo en el número de beneficiarios de esta ayuda, lo que plantea serias preocupaciones sobre el bienestar de miles de valencianos. En el primer trimestre de 2025, se registraron 73.265 personas que recibían la RVI, lo que representa una disminución del 9,3% en comparación con el año anterior, donde 80.793 valencianos eran beneficiarios. Este descenso no solo afecta a los titulares de la ayuda, sino que también repercute en los beneficiarios indirectos, como hijos y parejas, lo que agrava la situación de muchas familias.
La pérdida de la RVI ha sido particularmente notable en las localidades más afectadas por la reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que devastó varias áreas de la provincia. En municipios como Paterna y Torrent, se han registrado pérdidas significativas de destinatarios de la RVI, con 283 y 204 menos, respectivamente. Otros municipios como Alaquàs y Vilamarxant también han visto reducciones en el número de beneficiarios. Sin embargo, no todos los municipios han experimentado una disminución; algunos, como Paiporta y Silla, han visto un aumento en el número de personas que reciben esta ayuda. Este fenómeno plantea interrogantes sobre las razones detrás de la pérdida de la RVI en ciertas áreas y la necesidad de una revisión de las políticas de asistencia social.
### Razones Detrás de la Pérdida de Beneficiarios
Una de las principales razones que se han identificado para la disminución de beneficiarios de la RVI es la revalorización del Ingreso Mínimo Vital (IMV), una ayuda estatal que se ha incrementado en un 9% desde enero de 2025. Este aumento ha llevado a que muchas familias que anteriormente dependían de la RVI ahora califiquen para el IMV, lo que ha resultado en una «absorción» de la RVI por parte de esta ayuda estatal. La Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda ha reconocido esta situación y está trabajando en una modificación de la ley de la RVI para evitar que esto vuelva a ocurrir en el futuro. Según Pedro Carceller, director general de Inclusión y Cooperación al Desarrollo, la nueva ley permitirá revalorizar las cuantías de la RVI no solo en función del IPC, sino también a propuesta de la conselleria, lo que podría ayudar a mantener la relevancia de esta ayuda en el contexto de otras prestaciones.
Además, se ha observado que las familias más grandes tienden a beneficiarse más del IMV, lo que ha dejado a la RVI con un número creciente de beneficiarios unipersonales. Esto significa que las unidades de convivencia más grandes están siendo atendidas principalmente a través del IMV, mientras que la RVI se queda con un número reducido de beneficiarios, lo que plantea un desafío para su sostenibilidad. La situación es preocupante, ya que las familias que dependen de estas ayudas son las más vulnerables y, por lo tanto, requieren un apoyo constante y efectivo.
### El Futuro de la Renta Valenciana de Inclusión
La Renta Valenciana de Inclusión fue implementada en diciembre de 2017 con el objetivo de garantizar unos ingresos mínimos a la ciudadanía, un propósito que comparte con el Ingreso Mínimo Vital. Sin embargo, la falta de coordinación entre ambas ayudas ha llevado a situaciones en las que los beneficiarios de la RVI se ven obligados a abandonar esta ayuda en favor del IMV, lo que puede resultar en una reducción de sus ingresos totales. La situación se complica aún más por la falta de un mecanismo que permita a la RVI adaptarse rápidamente a los cambios en el contexto económico y social.
La nueva ley que se espera aprobar en junio de 2025 podría ser un paso crucial para abordar estas preocupaciones. Al permitir la revalorización de las cuantías de la RVI y actualizar el indicador de referencia, se espera que se reduzca la brecha de pobreza y se garantice que las familias que dependen de esta ayuda no se vean desprotegidas. Sin embargo, la implementación efectiva de estas medidas será fundamental para asegurar que la RVI siga siendo un recurso valioso para aquellos que más lo necesitan.
En resumen, la situación actual de la Renta Valenciana de Inclusión refleja un desafío significativo para las políticas de bienestar social en la Comunidad Valenciana. La disminución en el número de beneficiarios, combinada con la revalorización del IMV, plantea preguntas sobre la efectividad y la sostenibilidad de las ayudas sociales en un contexto de creciente vulnerabilidad económica. La respuesta a estas cuestiones será crucial para el futuro de muchas familias valencianas que dependen de estas ayudas para su subsistencia.
