En un caso que ha captado la atención de la opinión pública, un vehículo Volkswagen T-Roc fue incendiado en la madrugada del pasado mes de agosto en Les Palmeres de Sueca. Este coche pertenecía al actual novio de una mujer que ha denunciado haber sido víctima de violencia machista. La palabra «Puta» fue marcada en la puerta del automóvil, un acto que ha llevado a la denunciante a presentar una queja formal por el acoso que ha estado sufriendo desde su ruptura con un concejal del Partido Popular en Alfara del Patriarca.
A pesar de la gravedad de la situación, medio año después, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número seis de València ha decidido sobreseer provisionalmente las actuaciones relacionadas con el presunto acoso, amenazas y maltrato psicológico que la víctima había denunciado. Sin embargo, la causa por el incendio del vehículo sigue abierta en el Juzgado de Instrucción número tres de Sueca. El Ministerio Fiscal ha argumentado que ambos procedimientos están interconectados, ya que el delito de daños por incendio está directamente relacionado con un delito de coacciones por razones de género.
### La respuesta judicial y la interpretación de los hechos
El auto de archivo que cierra la vía a las investigaciones por violencia machista contra el exconcejal del PP de Alfara del Patriarca ha generado controversia. El juez instructor ha señalado que los contactos entre los miembros de una pareja en crisis son previsibles y pueden dar lugar a intentos de reconciliación. Esto ha llevado a la corte a cuestionar el momento exacto en que la relación terminó. La denunciante ha afirmado que la relación concluyó en el verano anterior, pero el juez ha considerado que no hay pruebas suficientes para demostrar que las acciones del exconcejal constituyan acoso.
La mujer ha relatado que ha sido objeto de un acoso sistemático desde su ruptura, incluyendo situaciones en las que su expareja la esperaba a la salida del gimnasio y frente a su domicilio. En una ocasión, el exconcejal estuvo 48 horas esperando en el portal de su casa, incluso durmiendo en el suelo. Además, la denunciante ha reportado un acoso telefónico extremo, con 37 llamadas en un solo día.
Sin embargo, el juez ha argumentado que no hay evidencia de que estas acciones hayan alterado el normal desarrollo de la vida cotidiana de la víctima. En cuanto a las supuestas coacciones, el juez ha considerado que las conductas del investigado son «interpretables» en el contexto de una relación sentimental complicada. Asimismo, las amenazas que se mencionan en el auto, como «estás jugando con un fuego que no sabes controlar», no tienen la suficiente claridad para ser consideradas como tales.
### Reacciones y el impacto en la comunidad
La decisión del juez ha sido recibida con descontento por parte de la acusación particular, que ha recurrido el sobreseimiento provisional. Argumentan que se ha dado por válida la versión del presunto maltratador, quien afirmó que mantenían «una relación abierta», sin contrastar sus declaraciones con las de la víctima. Además, la valoración policial del riesgo, que identificó la existencia de amenazas y planes dirigidos a causar daño a la mujer, no ha sido tenida en cuenta en la decisión judicial.
Este caso ha puesto de relieve la complejidad de los procesos judiciales relacionados con la violencia de género y el acoso. La percepción de que las acciones del exconcejal no constituyen acoso ha generado un debate sobre cómo se interpretan las dinámicas de poder en las relaciones personales y la necesidad de una mayor sensibilidad por parte de las instituciones judiciales ante situaciones de violencia machista.
La comunidad ha reaccionado con preocupación ante la posibilidad de que este tipo de decisiones judiciales puedan enviar un mensaje erróneo sobre la gravedad del acoso y la violencia de género. La denuncia de la víctima ha sido un acto valiente, y muchos en la sociedad consideran que es fundamental que se tomen en serio todas las acusaciones de violencia machista, para garantizar la protección de las víctimas y la justicia en estos casos.
El caso sigue en desarrollo, y la atención pública se mantiene en cómo se resolverán las cuestiones legales relacionadas con el incendio del vehículo y las acusaciones de acoso. La lucha contra la violencia de género requiere no solo de un marco legal sólido, sino también de una comprensión profunda de las dinámicas de poder que pueden estar en juego en las relaciones personales.