En el mundo del deporte, las historias de superación personal son siempre inspiradoras. Joan Querol, un joven atleta valenciano, ha demostrado que la perseverancia y la dedicación pueden llevar a alcanzar metas que parecen inalcanzables. Con un diagnóstico de síndrome de Asperger, Joan ha enfrentado desafíos únicos en su vida, pero ha encontrado en el atletismo una forma de canalizar su energía y talento, logrando recientemente una medalla de oro en el Campeonato de Europa de marcha en Finlandia.
**El Viaje de un Atleta con Asperger**
Nacido prematuramente, Joan llegó al mundo con un conjunto de incertidumbres que lo acompañarían a lo largo de su vida. Desde pequeño, se enfrentó a la crueldad del bullying en la escuela, donde su diferencia a menudo era objeto de burla. Sin embargo, en lugar de dejarse vencer por estas adversidades, Joan encontró en el deporte una salida. «La palabra es resiliencia», afirma, reflejando su capacidad para levantarse y seguir adelante a pesar de los obstáculos.
Comenzó su andadura en el atletismo a los siete años, donde experimentó con diversas disciplinas antes de encontrar su pasión en la marcha. A través de un enfoque metódico y disciplinado, ha aprendido a gestionar su tiempo entre los entrenamientos y sus estudios. Joan reconoce que no siempre fue fácil equilibrar ambas responsabilidades, especialmente al inicio de su carrera, cuando el bachillerato se convirtió en un reto. Sin embargo, su dedicación al atletismo le ha permitido desarrollar una rutina que le ha llevado a la élite.
**Entrenamiento y Estrategia en la Marcha**
El entrenamiento de Joan es un proceso riguroso y meticuloso. Su semana típica incluye sesiones de rodaje controlado, trabajo técnico de marcha y ejercicios de fuerza. Cada aspecto de su entrenamiento está diseñado para mejorar su rendimiento y técnica, desde la postura hasta la cadencia. Joan entiende que no hay atajos en el camino hacia el éxito; cada sesión es una oportunidad para aprender y mejorar.
La marcha, como disciplina, requiere no solo habilidad física, sino también una aguda inteligencia táctica. Joan ha aprendido a leer las carreras, a gestionar el estrés y a tomar decisiones rápidas en momentos críticos. En su reciente competencia en Finlandia, se enfrentó a un rival italiano en un duelo táctico que puso a prueba su paciencia y estrategia. «Sabía que si intentaba responder a cada acelerón, me hundía. Tenía que medir, ser paciente y esperar el momento», recuerda. Esta madurez táctica, forjada a través de la experiencia, ha sido clave en su éxito.
Joan también ha tomado decisiones importantes en su vida académica. Inicialmente, comenzó a estudiar Ingeniería Informática, pero pronto se dio cuenta de que la carga mental y el calendario de estudios no se alineaban con su carrera deportiva. Optó por cambiar a Fisioterapia, un campo que le apasiona y que complementa su trayectoria como atleta. «Visualizo mejor las cosas en fisio que en ingeniería informática», explica, mostrando su deseo de entender el cuerpo humano y cómo optimizar su rendimiento.
**La Vida Fuera del Atletismo**
A pesar de su dedicación al deporte, Joan también sabe la importancia de desconectar y disfrutar de la vida. En verano, cambia la pista por la playa, donde juega al voley con amigos, o se escapa en bicicleta por los caminos de Alberic. Estas actividades le permiten relajarse y recargar energías, manteniendo un equilibrio saludable entre su vida personal y profesional.
La fotografía es otra de sus pasiones. Con una cámara heredada de sus padres, captura momentos en el velódromo y en competiciones, encontrando en la fotografía una forma de expresión y reflexión. «La fotografía es una manera de ver la vida», dice, enfatizando cómo esta actividad le ha enseñado a componer y esperar, habilidades que también son valiosas en el atletismo.
**Mirando Hacia el Futuro**
Con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, Joan es consciente de que el camino hacia la élite está lleno de desafíos. La competencia en España es feroz, y cada atleta debe estar preparado para dar lo mejor de sí. «Nunca digas nunca. Hay que ir tachando objetivos a corto y medio plazo», afirma, mostrando su enfoque pragmático hacia el futuro.
Joan también tiene un mensaje para aquellos que, como él, enfrentan desafíos en su vida. «Convierte una condición que a priori es una desventaja en una ventaja», aconseja, recordando que la rutina puede ser una aliada en el deporte y en la vida. La disciplina que a menudo se asocia con el Asperger puede transformarse en una estructura sólida que impulsa al éxito.
En resumen, la historia de Joan Querol es un testimonio de cómo la perseverancia, la disciplina y el amor por el deporte pueden ayudar a superar barreras. Su viaje apenas comienza, y con cada paso, continúa inspirando a otros a seguir sus sueños, sin importar las dificultades que puedan encontrar en el camino.
