La movilidad es un derecho fundamental que debería estar garantizado para todos, independientemente de sus capacidades físicas. Sin embargo, la realidad es que muchas personas con discapacidad enfrentan barreras significativas que limitan su acceso a servicios esenciales, como el transporte público. En particular, la situación de los usuarios de trenes de Cercanías en la región de l’Horta Sud, en Valencia, ilustra cómo la falta de infraestructura adecuada puede afectar gravemente la calidad de vida de estas personas.
La situación se ha vuelto crítica tras la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó a la zona en octubre de 2024. Desde entonces, el ascensor de la estación de tren de Alfafar-Benetússer ha estado fuera de servicio, lo que ha dejado a muchos usuarios, como Carol y Salva, sin la posibilidad de utilizar el tren para desplazarse. Carol, quien utiliza silla de ruedas, ha tenido que recurrir a alternativas menos eficientes y más complicadas, como el autobús, que no siempre está adaptado a sus necesidades. Esta situación no solo incrementa el tiempo de viaje, sino que también afecta su autonomía y dignidad.
### La Larga Espera por Soluciones Efectivas
La falta de un ascensor operativo ha llevado a un sentimiento de frustración y abandono entre los usuarios. Carol ha expresado su indignación al afirmar que «no hay derecho» a que, casi un año después de la DANA, aún no se haya reparado el ascensor. A pesar de que Renfe, la empresa que opera los trenes, señala que la responsabilidad de la reparación recae en Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), la falta de acción ha dejado a muchos en una situación insostenible.
Salva, por su parte, ha sido un defensor activo de la accesibilidad en su comunidad. A pesar de que su localidad ha realizado esfuerzos para mejorar la movilidad en las calles, la inoperatividad del ascensor ha revertido muchos de esos avances. La imposibilidad de acceder al tren no solo limita su capacidad de viajar, sino que también afecta su acceso a servicios básicos, como el centro de salud. La dependencia de familiares o taxis para realizar trayectos que deberían ser sencillos es una carga adicional que muchos no deberían tener que soportar.
La alcaldesa de Benetússer ha solicitado alternativas al ascensor, que ha demostrado ser propenso a averías. Sin embargo, la respuesta de Adif ha sido insuficiente, afirmando que se está dando «prioridad absoluta» a la reparación de ascensores, pero que los plazos de las empresas son difíciles de controlar. Esta falta de acción ha llevado a que muchos ciudadanos se sientan como «ciudadanos de segunda o tercera», como lo ha expresado Carol, quien siente que su tiempo y necesidades no son valorados adecuadamente.
### Más Allá de los Ascensores: La Accesibilidad en el Espacio Público
La problemática de la accesibilidad no se limita únicamente a la falta de ascensores en las estaciones de tren. La infraestructura urbana también juega un papel crucial en la movilidad de las personas con discapacidad. Tras la DANA, muchas calles y aceras en l’Horta Sud han quedado en un estado lamentable, con socavones y rampas en mal estado que dificultan el tránsito de quienes utilizan sillas de ruedas. Carol ha señalado que, además de la falta de ascensores, las aceras llenas de obstáculos y la mala planificación urbana han hecho que la movilidad cotidiana sea un desafío constante.
El hecho de que los coches aparquen en las aceras, obstaculizando el paso, es un problema recurrente que agrava la situación. La falta de control sobre el estacionamiento en espacios públicos no solo afecta a las personas con discapacidad, sino que también crea un entorno hostil para todos los peatones. La accesibilidad universal debería ser una prioridad en la planificación urbana, y es fundamental que las autoridades locales tomen medidas para garantizar que todos los ciudadanos puedan desplazarse con seguridad y comodidad.
La situación actual en l’Horta Sud es un claro recordatorio de que la accesibilidad es un tema que requiere atención urgente. Las personas con discapacidad no solo necesitan infraestructuras adecuadas, sino también un compromiso real por parte de las autoridades para garantizar que sus derechos sean respetados. La reparación del ascensor de la estación de tren es solo un primer paso; es esencial que se implementen políticas que promuevan la accesibilidad en todos los aspectos de la vida urbana.
En resumen, la movilidad de las personas con discapacidad en l’Horta Sud se ha visto gravemente afectada por la falta de infraestructura adecuada y la inacción de las autoridades. La situación de Carol y Salva es un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchas personas en la región. Es fundamental que se tomen medidas efectivas para garantizar que todos los ciudadanos, independientemente de sus capacidades, puedan disfrutar de su derecho a la movilidad y al acceso a servicios esenciales.