La reciente comparecencia de Miguel Polo Cebellán, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), ante la jueza y el fiscal de la DANA ha generado un gran revuelo en la opinión pública y en los medios de comunicación. Este evento, que se produce más de diez meses después de la devastadora barrancada del 29 de octubre, ha sido esperado con gran expectación, dado el silencio prolongado del máximo responsable del organismo de cuenca. En este artículo, se analizarán los aspectos más relevantes de su declaración y las implicaciones que tiene para la gestión de emergencias en la región.
La comparecencia de Polo no solo es significativa por su contenido, sino también por el contexto en el que se desarrolla. Desde el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miterd) se había impuesto un silencio que, a la luz de los acontecimientos, ha suscitado críticas y cuestionamientos sobre la transparencia y la responsabilidad en la gestión de crisis. La falta de declaraciones públicas por parte de Polo, salvo en encuentros con la Junta de Gobierno de la CHJ y algunas reuniones con ayuntamientos afectados, ha alimentado la percepción de un “apagón informativo” que ha sido objeto de debate en los tribunales.
### La Gestión de la Información y el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH)
Uno de los puntos centrales de la comparecencia de Polo es la gestión de la información durante la crisis. La magistrada de Catarroja ha señalado que la ausencia de información sobre el caudal del barranco del Poyo no puede ser atribuida a la CHJ, ya que se han presentado correos electrónicos que demuestran que el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) estaba operativo y enviando datos. Este sistema, que tiene como objetivo captar y transmitir información sobre el estado pluviohidrológico de la cuenca, ha sido defendido por Polo como una herramienta esencial para la gestión de emergencias.
El SAIH emite dos tipos de avisos: de lluvia y de caudales. Los avisos de lluvia se generan automáticamente cuando se superan ciertos umbrales, y en el caso de la CHJ, se enviaron hasta 198 correos electrónicos al Centro de Coordinación de Emergencias durante el día de la inundación. Sin embargo, se ha criticado que la CHJ no advirtiera adecuadamente sobre el incremento del caudal en el barranco del Poyo, centrándose en otros aspectos como el pantano de Forata. Esta falta de atención ha llevado a cuestionar la efectividad del sistema y la capacidad de respuesta de la CHJ ante situaciones de emergencia.
Además, la magistrada ha indicado que el SAIH no es un sistema de predicción, sino de observación, lo que implica que su función es limitada en términos de anticipar desastres. Esta aclaración es crucial, ya que pone de relieve la necesidad de un sistema de alerta temprana que complemente las capacidades del SAIH. La CHJ ha anunciado la licitación de un sistema de alerta temprana por valor de 1,5 millones de euros, pero la pregunta que persiste es por qué esta herramienta no se implementó antes de la crisis.
### Las Obras Pendientes y la Responsabilidad en la Prevención de Desastres
Otro aspecto relevante de la comparecencia de Polo es la discusión sobre las obras pendientes en la cuenca del barranco del Poyo. Expertos han señalado que las obras que se habían proyectado desde 2011, con una capacidad de 2,200 m³/s, no habrían sido suficientes para mitigar los efectos de la inundación, que alcanzó un caudal de 5,000 m³/s. Esta discrepancia entre la capacidad de las obras y la magnitud del desastre ha llevado a cuestionar la planificación y la ejecución de proyectos de infraestructura en la región.
La falta de un caudalímetro en la rambla de Horteta, que contribuyó significativamente a la inundación, ha sido otro punto de crítica. Sin un control adecuado de los caudales en esta área, la gestión de la emergencia se vuelve aún más complicada. La investigación realizada por la Universitat de València ha confirmado que la primera ola de inundación fue generada por el barranco de Horteta, lo que subraya la importancia de un monitoreo efectivo en todas las subcuencas.
La comparecencia de Polo también ha puesto de manifiesto la necesidad de una revisión exhaustiva de las políticas de gestión de riesgos en la región. La combinación de un sistema de alerta temprana, una infraestructura adecuada y una comunicación efectiva entre las diferentes entidades involucradas es esencial para prevenir futuros desastres. La responsabilidad recae no solo en la CHJ, sino también en otras instituciones que deben colaborar para garantizar la seguridad de la población.
En resumen, la comparecencia de Miguel Polo ante la jueza y el fiscal de la DANA ha revelado múltiples capas de complejidad en la gestión de emergencias en la cuenca del Júcar. La falta de información, la inadecuada atención a los caudales y las obras pendientes son solo algunos de los temas que deben ser abordados para mejorar la capacidad de respuesta ante desastres naturales. La transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para restaurar la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de la gestión del agua y la protección civil.