El reciente testimonio de Miguel Polo, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), ante la jueza y el fiscal, ha arrojado luz sobre los eventos que rodearon la devastadora dana que afectó a Valencia. Durante más de ocho horas, Polo defendió su gestión y la de su organismo en un contexto de acusaciones y defensas que han marcado el proceso judicial. Su declaración ha suscitado un intenso debate sobre la responsabilidad en la gestión de emergencias y la comunicación de alertas en situaciones críticas.
**Responsabilidad en la Gestión de Emergencias**
Uno de los puntos más controvertidos de la declaración de Polo fue su insistencia en que la CHJ había actuado de manera adecuada y que no hubo un «apagón informativo» durante la crisis. Según Polo, la CHJ había proporcionado información continua sobre el estado de las presas y el sistema de alerta, conocido como SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica). Este sistema es fundamental para monitorear la pluviometría y los caudales en ríos y presas, y Polo argumentó que se había cumplido con el deber de informar a las autoridades competentes.
Sin embargo, el testimonio también reveló tensiones significativas entre la CHJ y la Generalitat Valenciana. Polo mencionó que, durante la reunión del Cecopi (Centro de Coordinación Operativa Integrada), se produjeron desacuerdos sobre la necesidad de declarar la emergencia y sobre el contenido de los mensajes de alerta que debían enviarse a la población. Este desacuerdo generó frustración entre los representantes de la CHJ, quienes sentían que la situación requería una respuesta más inmediata y decisiva.
La falta de acción oportuna en la emisión de alertas ha sido un tema recurrente en el análisis de la gestión de la crisis. Polo recordó que, a pesar de las advertencias sobre el aumento de caudales, hubo un retraso en la comunicación de alertas a la población. Este retraso se convirtió en un punto crítico, ya que las inundaciones resultantes causaron la pérdida de vidas y daños significativos en la región.
**El Debate sobre el Apagón Informativo**
El término «apagón informativo» ha sido utilizado por algunos críticos para describir la falta de comunicación efectiva durante la dana. En su declaración, Polo se defendió de esta acusación, afirmando que la CHJ había estado en contacto constante con las autoridades y que la información se había transmitido de manera adecuada. Sin embargo, el fiscal Cristobal Melgarejo cuestionó la efectividad de esta comunicación, señalando que hubo momentos en los que la información crítica no fue enviada a tiempo, lo que podría haber contribuido a la magnitud de la tragedia.
Polo explicó que, a las 18:43 horas, se detectó un caudal significativo en el barranco del Poyo, pero que en ese momento consideró que el caudal era manejable. Esta decisión ha sido objeto de críticas, ya que se desconocía que los afluentes del Poyo ya habían aportado un caudal considerable. La falta de medidores de caudal en otros puntos críticos también ha sido señalada como una deficiencia en la gestión de emergencias.
El testimonio de Polo ha puesto de relieve la complejidad de la gestión de emergencias en situaciones de crisis. La interacción entre diferentes organismos y la toma de decisiones en tiempo real son cruciales para la efectividad de la respuesta. La falta de claridad en la comunicación y la coordinación entre la CHJ y la Generalitat han sido identificadas como áreas que requieren mejoras significativas para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
En resumen, la declaración de Miguel Polo ha abierto un debate sobre la responsabilidad en la gestión de emergencias y la importancia de una comunicación efectiva en situaciones críticas. A medida que avanza el proceso judicial, será fundamental analizar las lecciones aprendidas de esta tragedia para mejorar la preparación y respuesta ante futuras crisis.