La situación en Gaza ha escalado a niveles alarmantes, con un aumento significativo en los bombardeos israelíes que han dejado un saldo devastador de víctimas. Desde la madrugada del 27 de septiembre de 2025, al menos 26 gazatíes han perdido la vida, la mayoría de ellos en ataques aéreos dirigidos a viviendas familiares en el norte y centro del enclave. Esta escalada de violencia se produce en un contexto de tensiones políticas y militares que involucran a varios actores regionales, incluyendo a Irán y su apoyo a grupos como Hizbulá.
La Guardia Revolucionaria iraní ha reafirmado su respaldo a la alianza antiisraelí conocida como el ‘Eje de la Resistencia’, coincidiendo con el primer aniversario de la muerte de su líder histórico, Hasán Nasrala. En un comunicado, la Guardia Revolucionaria enfatizó que su misión es la eliminación de la ocupación israelí y la liberación de Jerusalén, lo que añade una capa de complejidad al conflicto, ya que implica la participación activa de actores no estatales en la región.
### La Respuesta Internacional y el Papel de Irán
La comunidad internacional ha reaccionado de diversas maneras ante la intensificación del conflicto. Irán, por su parte, ha llamado a consultas a sus embajadores en Alemania, Francia y el Reino Unido, en respuesta al restablecimiento de sanciones de la ONU en su contra. Este movimiento es visto como un intento de Teherán de consolidar su posición y coordinar una respuesta unificada frente a las presiones externas.
En el ámbito regional, la situación en Gaza ha generado manifestaciones de apoyo a la causa palestina en diversas ciudades, incluyendo Melilla, donde miles de personas se han congregado para exigir el fin de lo que califican como un genocidio. Las consignas de estas manifestaciones reflejan un creciente sentimiento de solidaridad con el pueblo palestino y una condena a las acciones militares israelíes.
Además, un grupo de 12 países, entre ellos España, ha acordado financiar a la Autoridad Palestina en un esfuerzo por preservar su capacidad de gobernar y avanzar hacia una solución de dos Estados. Esta coalición de emergencia busca abordar la crisis financiera sin precedentes que enfrenta la Autoridad Palestina, lo que podría ser un paso crucial para estabilizar la región y fomentar un diálogo constructivo.
### La Reacción de Israel y el Contexto Político
Desde el lado israelí, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha mantenido una postura firme, afirmando que Hamás y sus aliados son enemigos de todos. Su discurso ante la Asamblea General de la ONU fue recibido con un boicot por parte de varias delegaciones, lo que Hamás interpretó como un signo del aislamiento internacional de Israel. Este tipo de reacciones subraya la creciente presión sobre el gobierno israelí y la necesidad de abordar las preocupaciones humanitarias en Gaza.
A pesar de las críticas, Netanyahu ha continuado con su estrategia militar, sin mostrar señales de una disminución en la presión sobre Gaza. La situación se complica aún más con la posibilidad de un acuerdo en la Franja de Gaza, como insinuó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien afirmó que se encuentra «muy cerca» de un pacto que podría implicar la liberación de rehenes y el fin de la guerra. Sin embargo, la falta de detalles concretos sobre este acuerdo genera escepticismo entre los analistas y observadores de la región.
La ONU también ha tomado medidas al incluir en una lista negra a varias empresas que operan en asentamientos israelíes considerados ilegales en Cisjordania. Esta acción refleja un esfuerzo por parte de la comunidad internacional para presionar a Israel y abordar las violaciones de derechos humanos en el contexto del conflicto.
En resumen, la situación en Gaza es un reflejo de las complejas dinámicas geopolíticas que afectan a Oriente Próximo. La combinación de violencia, respuestas internacionales y la política interna de los países involucrados crea un entorno volátil que requiere atención y acción urgente para evitar una mayor escalada del conflicto.
