En un giro significativo de los acontecimientos, Benjamín Raga, un valenciano con una profunda pasión por la agricultura, ha logrado recuperar la titularidad de su invención: una máquina peladora de chufa que ha revolucionado la producción de este tubérculo en la región. Después de más de seis años de arduo proceso judicial, el Tribunal Supremo ha ratificado que Raga es el verdadero inventor de esta innovadora máquina, que se caracteriza por su método ecológico de pelado en seco, sin necesidad de utilizar ácido sulfúrico, lo que la convierte en una opción más sostenible para los productores de chufa.
La historia de Benjamín Raga es un testimonio de perseverancia y lucha por los derechos de los inventores. Su travesía comenzó en diciembre de 2018, cuando decidió interponer una demanda contra Tigernuts Traders, una empresa de l’Eliana que había patentado su invención sin su consentimiento. La máquina de pelado en seco no solo mejoró la eficiencia en la producción de chufa, sino que también abrió nuevas posibilidades de negocio en un sector que ha sido tradicionalmente complicado. La sentencia del Juzgado de lo Mercantil número dos de València, que fue posteriormente confirmada por la Audiencia Provincial, ha puesto fin a una disputa que ha afectado profundamente la vida de Raga, quien ha enfrentado desafíos personales significativos a raíz de esta situación.
### El Impacto de la Invención en la Producción de Chufa
La máquina peladora de chufa diseñada por Raga ha transformado la manera en que se procesa este tubérculo. Antes de su invención, el proceso de pelado era laborioso y requería el uso de grandes cantidades de agua, lo que no solo aumentaba los costos operativos, sino que también generaba problemas de almacenamiento y calidad. Con el nuevo sistema, el tiempo de pelado se ha reducido entre diez y quince días, permitiendo a los productores devolver las chufas peladas al día siguiente de su recepción. Esto ha resultado en un aumento significativo de la productividad, eliminando la necesidad de mantener un stock de chufas secas y reduciendo el riesgo de moho, un problema común en los métodos tradicionales.
Raga explica que su enfoque no fue inventar desde cero, sino mejorar un sistema existente. A través de un proceso de prueba y error, y con la colaboración de un tornero, logró desarrollar un prototipo que finalmente se convirtió en la máquina que ahora es objeto de reconocimiento legal. Este enfoque práctico y su dedicación al campo son lo que lo llevó a crear una solución que ha beneficiado a muchos en la industria de la chufa.
### La Lucha Legal y sus Consecuencias Personales
La batalla legal de Raga no solo ha sido un desafío profesional, sino también personal. La lucha por el reconocimiento de su invención lo llevó a enfrentar una depresión que afectó gravemente su vida y sus negocios. En sus propias palabras, la experiencia ha sido devastadora: «Me han arruinado la vida». A pesar de su confianza inicial en las buenas intenciones de los demás, Raga aprendió de la manera más dura que la falta de una patente puede tener consecuencias devastadoras para un inventor.
El abogado José Enrique Segrelles, quien ha representado a Raga durante todo el proceso, destacó la importancia de este caso no solo para su cliente, sino para todos los inventores que luchan por sus derechos. La sentencia no solo reconoce a Raga como el inventor legítimo, sino que también establece un precedente sobre la importancia de proteger las invenciones y la necesidad de que las empresas actúen con ética en el uso de las innovaciones de otros.
Raga ha expresado su deseo de seguir innovando en el futuro, aunque ahora es consciente de la importancia de proteger sus ideas mediante patentes. «Ahora tengo uno en la cabeza, pero no sé si lo llegaré a hacer», comenta, reflejando su espíritu resiliente y su deseo de continuar contribuyendo al sector agrícola.
La historia de Benjamín Raga es un recordatorio de que la innovación y la ética deben ir de la mano. Su lucha no solo ha sido por su invención, sino también por el reconocimiento de los derechos de todos los inventores que, como él, buscan hacer una diferencia en su campo. La victoria de Raga es un triunfo no solo personal, sino también un paso hacia una mayor justicia en el mundo de la propiedad intelectual.
