La tragedia de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó la Comunitat Valenciana el 29 de octubre de 2024 ha dejado una huella imborrable en la memoria colectiva de la región. Mariló Gradolí, presidenta de la Associació de Víctimes Dana 29 d’octubre de 2024, ha emergido como una voz poderosa que representa no solo a las víctimas, sino también a sus familias y a toda una comunidad que clama por justicia. En su intervención en la comisión de investigación en el Congreso de los Diputados, Gradolí ha enfatizado la necesidad de que los responsables políticos sean juzgados por los “229 homicidios imprudentes” que se investigan. Su discurso es un recordatorio de que detrás de las cifras hay vidas, historias y un profundo dolor que aún persiste.
La DANA no solo se llevó vidas, sino que también dejó un rastro de desolación y miedo. Gradolí ha compartido las historias de aquellos que perdieron a seres queridos, como Hui, una niña de once años, y Màrius, un trabajador que fue arrastrado por la corriente. Estas narrativas personales son un llamado a la acción, una súplica para que no se repita la historia y para que se implementen medidas efectivas que protejan a la población en futuras emergencias. La presidenta de la asociación ha denunciado la falta de alertas adecuadas y la minimización del riesgo que enfrentaban los ciudadanos, lo que ha llevado a una tragedia que pudo haberse evitado.
### La Gestión de Emergencias y la Responsabilidad Política
Uno de los puntos más críticos que ha abordado Gradolí es la gestión de emergencias en la Comunitat Valenciana. La falta de notificaciones adecuadas y la ausencia de un protocolo claro han sido factores determinantes en la magnitud de la tragedia. La presidenta de la asociación ha calificado a los responsables políticos de “cobardes e irresponsables”, señalando que la protección de la población no debería depender del azar o del heroísmo de los vecinos. Este enfoque pone de relieve la necesidad urgente de revisar y mejorar los sistemas de alerta y respuesta ante desastres naturales.
La DANA ha revelado las debilidades en la infraestructura de gestión de emergencias. Gradolí ha instado a los grupos políticos a reflexionar sobre el impacto de sus decisiones y a asumir la responsabilidad por las vidas que se perdieron. La falta de preparación y la inacción ante un evento meteorológico extremo han sido criticadas, y se ha hecho un llamado a la implementación de políticas públicas que prioricen la seguridad de los ciudadanos.
Además, la presidenta ha enfatizado que la reconstrucción de la región debe ir más allá de la reparación material. La reconstrucción emocional es igualmente crucial, ya que el trauma de la tragedia persiste en la comunidad. La solidaridad que emergió tras la catástrofe, con voluntarios de diversas partes del mundo ofreciendo su ayuda, es un testimonio del espíritu humano, pero también subraya la necesidad de un enfoque más estructurado y coordinado en la respuesta a emergencias.
### La Memoria como Pilar de la Reconstrucción
Gradolí ha subrayado que la memoria de las víctimas es un deber que la sociedad no puede eludir. Recordar a aquellos que perdieron la vida en la DANA es fundamental para garantizar que se tomen las medidas necesarias para evitar que algo así vuelva a suceder. La presidenta ha instado a que el recuerdo de las víctimas se traduzca en acciones concretas, en protocolos visibles que aseguren que nunca más se repita una tragedia de tal magnitud.
La reconstrucción debe ser un proceso integral que contemple no solo la infraestructura física, sino también el bienestar emocional de los afectados. La comunidad necesita sanar, y eso implica reconocer el dolor y la pérdida, así como trabajar juntos para construir un futuro más seguro. Gradolí ha enfatizado que las políticas públicas deben estar diseñadas teniendo en cuenta las lecciones aprendidas de la DANA, y que la memoria de las víctimas debe ser un motor para el cambio.
El cambio climático ha sido otro tema recurrente en las declaraciones de Gradolí. La DANA fue un claro recordatorio de los efectos devastadores que el cambio climático puede tener en la vida de las personas. La presidenta ha abogado por una reconstrucción que no solo repare lo que se perdió, sino que también se adapte a las nuevas realidades climáticas. Esto incluye la implementación de medidas que mitiguen los riesgos asociados con fenómenos meteorológicos extremos, así como la creación de infraestructuras resilientes que puedan soportar futuros desastres.
La lucha por la justicia y la memoria de las víctimas de la DANA continúa. Gradolí ha dejado claro que su asociación no se dejará cegar por las promesas de reconstrucción rápida o por discursos grandilocuentes. La verdad y la justicia son fundamentales, y la comunidad seguirá exigiendo respuestas y responsabilidades. La tragedia de la DANA no solo ha marcado un antes y un después en la historia de la Comunitat Valenciana, sino que también ha puesto de relieve la importancia de la solidaridad, la memoria y la acción colectiva ante la adversidad.
