La selección española de fútbol, conocida popularmente como La Roja, ha dado un paso significativo hacia su clasificación para el Mundial de 2026 tras una victoria convincente contra Georgia en Elche. A pesar de las bajas importantes en su plantilla, el equipo dirigido por Luis de la Fuente mostró un dominio claro sobre el terreno de juego, logrando un resultado de 2-0 que refleja su superioridad a lo largo del partido.
### Dominio y Estrategia en el Terreno de Juego
Desde el inicio del encuentro, España se hizo con el control del balón, una característica que ha definido su estilo de juego en los últimos años. La Roja, con un once inicial que incluía a jugadores clave como Unai Simón, Oyarzabal y Yéremy Pino, comenzó a presionar a la defensa georgiana, que se mostró reacia a ceder terreno. El planteamiento del entrenador rival, Sagnol, consistió en una defensa reforzada con tres centrales, lo que complicó las cosas para los atacantes españoles en los primeros minutos.
El primer gol llegó en el minuto 24, cuando Yéremy Pino, tras una asistencia de Le Normand, logró perforar la red rival. Este tanto no solo abrió el marcador, sino que también alivió la presión que empezaba a acumularse sobre el equipo español, que había tenido varias ocasiones sin concretar. La actuación del portero georgiano, Mamardashvili, fue notable, ya que evitó que el marcador se ampliara en varias ocasiones, destacándose en un mano a mano con Oyarzabal y en un penalti que detuvo tras una falta discutible sobre Ferran Torres.
A pesar del dominio territorial y de las oportunidades generadas, España se fue al descanso con un marcador corto de 1-0, lo que dejó a los aficionados con una sensación de que el equipo podría haber logrado más. Sin embargo, la segunda mitad trajo consigo un cambio en la dinámica del partido. La Roja continuó atacando con intensidad, y fue Oyarzabal quien, con un potente tiro libre, marcó el segundo gol en el minuto 64, sellando así la victoria y asegurando los tres puntos.
### La Importancia de la Cohesión del Equipo
La victoria ante Georgia no solo es un reflejo del talento individual de los jugadores, sino también de la cohesión y el trabajo en equipo que ha cultivado Luis de la Fuente desde su llegada al banquillo. A pesar de las ausencias de jugadores clave como Huijsen y Lamine Yamal, el equipo mostró una capacidad notable para adaptarse y superar adversidades. La inclusión de nuevos talentos como Cubarsí y Yéremy Pino, quienes han demostrado su valía en este encuentro, es un indicativo de que la selección tiene un futuro prometedor.
La estrategia de juego de España se basa en la posesión del balón y en la creación de oportunidades a través de un juego de pases preciso y rápido. En este partido, se pudo observar cómo los jugadores se movían en bloque, buscando siempre la mejor opción para avanzar. La conexión entre Pedri y sus compañeros fue especialmente destacada, ya que el joven mediocampista canario fue fundamental en la creación de jugadas ofensivas.
Además, la defensa española, liderada por Le Normand y Cucurella, se mostró sólida y bien organizada, lo que permitió que el equipo mantuviera la portería a cero. La capacidad de los defensores para anticipar las jugadas del rival y su habilidad para salir jugando desde el fondo fueron cruciales para el desarrollo del juego.
La próxima cita de La Roja será contra Bulgaria, un partido que promete ser un desafío, pero que también representa una oportunidad para seguir sumando puntos en la clasificación. La confianza generada por esta victoria ante Georgia podría ser un factor determinante para el rendimiento del equipo en los próximos encuentros.
En resumen, la selección española ha demostrado que, a pesar de las dificultades, sigue siendo un contendiente fuerte en el camino hacia el Mundial. Con un equipo que combina experiencia y juventud, y un cuerpo técnico que sabe cómo sacar lo mejor de sus jugadores, La Roja se perfila como una de las selecciones a tener en cuenta en la próxima cita mundialista.