La situación de las personas dependientes en España ha alcanzado niveles alarmantes, especialmente en localidades como Alfafar, donde la lista de espera para recibir asistencia se ha convertido en un tema de preocupación social. Con más de 13,900 personas esperando ser valoradas para recibir ayuda, el sistema de atención a la dependencia enfrenta críticas severas por su ineficacia y falta de respuesta ante situaciones críticas.
La historia de una vecina de Alfafar que falleció sin recibir la asistencia necesaria es un claro ejemplo de las consecuencias fatales que puede tener esta ineficiencia. A pesar de que su hija había solicitado una revisión de su grado de dependencia ocho meses antes de su muerte, la valoración nunca llegó. La mujer, que había sufrido una caída y presentaba un deterioro cognitivo, se encontraba en una situación de vulnerabilidad extrema, pero la burocracia y las demoras administrativas le negaron la ayuda que tanto necesitaba.
### La Demora en la Valoración de Dependencia
El proceso de valoración de dependencia es crucial para determinar el nivel de asistencia que una persona necesita. En el caso de esta vecina de Alfafar, la solicitud fue presentada el 18 de abril de 2024, y a pesar de que se aportó toda la documentación necesaria, la valoración no se realizó hasta mucho después. La situación se complicó aún más debido a la llegada de la dana, un fenómeno meteorológico que afectó gravemente a la región y que, según se argumentó, colapsó aún más los servicios sociales.
La falta de respuesta por parte de la administración local llevó a la hija de la fallecida a presentar una queja ante el Síndic de Greuges, quien solicitó un informe detallado a la Conselleria de Servicios Sociales y al Ayuntamiento de Alfafar. Sin embargo, el informe reveló que la mujer aún no había sido valorada y que había 231 personas en la misma situación, lo que pone de manifiesto la magnitud del problema.
La administración local, aunque reconoció el colapso de los servicios, no pudo ofrecer una solución inmediata. La situación se tornó aún más crítica cuando se confirmó que la mujer había fallecido el 20 de diciembre, cerrando así el expediente de queja sin que se hubiera realizado la valoración que podría haber cambiado su destino.
### Consecuencias de la Inacción Administrativa
La inacción de las administraciones competentes no solo afecta a las personas dependientes, sino que también genera un clima de desconfianza y desesperación entre las familias que dependen de estos servicios. La familia de la mujer fallecida ha exigido respuestas sobre la demora en la valoración y ha cuestionado por qué el Ayuntamiento no solicitó ayuda a la Conselleria de Servicios Sociales antes de que la situación se volviera insostenible.
El Síndic de Greuges, al cerrar el expediente, hizo un llamado a reflexionar sobre la necesidad de un cambio en el modelo de actuación de las administraciones. Las demoras en los procedimientos de valoración de dependencia pueden tener consecuencias devastadoras, como se ha evidenciado en este caso. La falta de recursos y la burocracia ineficaz son obstáculos que deben ser superados para garantizar que las personas dependientes reciban la atención que necesitan en el momento adecuado.
La situación en Alfafar es un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchas comunidades en España. Las listas de espera para recibir asistencia a la dependencia son una realidad que se ha vuelto insostenible, y las historias de personas que no reciben la ayuda necesaria son cada vez más comunes. La presión sobre los servicios sociales ha aumentado, y las administraciones deben encontrar soluciones efectivas para abordar esta crisis.
La tragedia de la mujer de Alfafar es un recordatorio de que detrás de las estadísticas hay vidas humanas que dependen de la acción o inacción de las instituciones. Es imperativo que se tomen medidas urgentes para mejorar el sistema de atención a la dependencia, garantizando que las personas vulnerables reciban la asistencia que necesitan sin demoras fatales. La vida de muchas personas depende de ello, y es responsabilidad de todos exigir un cambio que priorice la atención y el bienestar de los más necesitados.