La tensión entre los sindicatos del sector sanitario y la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana ha alcanzado un nuevo nivel tras una reciente manifestación. Los trabajadores de la salud se han congregado frente al Palau de la Generalitat para exigir la dimisión del conseller Marciano Gómez, a quien han calificado como «el peor conseller de la historia» de la sanidad pública valenciana. Esta movilización se produce en un contexto de creciente descontento por la falta de diálogo y la inacción en cuestiones críticas que afectan a la atención sanitaria en la región.
La protesta, que tuvo lugar el pasado lunes, se centró en varias reivindicaciones que los sindicatos han estado planteando desde hace tiempo. Entre las quejas más destacadas se encuentran la falta de implementación de la jornada laboral de 35 horas, la puesta en marcha incompleta de la figura de la enfermera escolar y la falta de avances en el decreto de Atención Primaria. Sin embargo, la principal razón detrás de la movilización es la ausencia de convocatorias a la mesa sectorial desde noviembre, lo que ha generado un clima de frustración entre los profesionales de la salud, especialmente en un periodo crítico como el de la gestión de la dana.
La presencia del sindicato CSIF en la protesta es notable, dado que este grupo ha sido históricamente más cercano al gobierno del Botànic. Sin embargo, su participación en esta manifestación refleja un cambio en la dinámica de la relación entre los sindicatos y la Conselleria. Omar Ruiz, presidente autonómico de Sanidad CSIF, expresó el cansancio de los trabajadores ante la falta de negociación y el enfoque unilateral de la administración. «Estamos cansados de que no exista negociación con una Conselleria cerrada al diálogo y en la que todo es por imposición», afirmó Ruiz.
En medio de esta situación, la Conselleria de Sanidad ha convocado una mesa sectorial para el próximo 3 de junio, justo el mismo día de la protesta. Esta convocatoria, firmada por la directora general de Personal, María Amparo Pinazo, parece ser un intento de la administración por desactivar las críticas de los sindicatos, quienes han exigido urgentemente una mesa de negociación. Sin embargo, muchos trabajadores consideran que esta acción llega demasiado tarde, ya que han pasado seis meses desde la última reunión.
### Promesas Incumplidas y Descontento Generalizado
Las quejas de los sindicatos no se limitan a la falta de diálogo. También han señalado una serie de promesas incumplidas por parte de la Conselleria. Eva Plana, representante de UGT, criticó que la administración ha estado tomando decisiones de manera unilateral, lo que ha llevado a recortes en diversas áreas. Entre las promesas que no se han cumplido se encuentran la implementación de las 35 horas laborales, la reconversión de auxiliares administrativos en administrativos y la contratación de 300 enfermeras escolares adicionales.
Mari Luz Gascó, de Satse, calificó la gestión de Gómez como «completamente negativa», argumentando que las promesas realizadas no se han materializado y que la situación de la sanidad pública ha empeorado. Yolanda Ferrández, de CCOO, también se unió a las críticas, afirmando que la sanidad está debilitándose debido a la falta de gestión pública y el aumento de la privatización.
El descontento se ha intensificado en un contexto donde se han aprobado diversas medidas, como el decreto de medidas urgentes por la dana y la reducción de juntas de personal. Estas decisiones han sido percibidas como un intento de la Conselleria de gestionar la crisis de manera rápida, pero sin la debida consulta a los profesionales del sector.
La situación se complica aún más con la reciente modificación de la concesión de excedencias, que ha generado preocupación entre los trabajadores en medio del proceso de adjudicación de plazas. La falta de claridad y la percepción de que las decisiones se toman sin la participación de los afectados han alimentado el descontento generalizado.
En este contexto, los sindicatos han decidido mantener la presión sobre la Conselleria, exigiendo no solo la dimisión del conseller, sino también un compromiso real con la negociación y la mejora de las condiciones laborales en el sector sanitario. La movilización de los trabajadores de la salud es un reflejo de la creciente insatisfacción con la gestión actual y un llamado a la acción para que se tomen en serio las necesidades del personal y de los pacientes en la Comunidad Valenciana.