Un potente terremoto de magnitud 8,8 ha sacudido el sur de la península de Kamchatka, en Rusia, generando una alerta de tsunami que ha puesto en alerta a numerosos países a lo largo del océano Pacífico. Desde Japón hasta Nueva Zelanda, pasando por Filipinas, Indonesia y la costa oeste de Estados Unidos, la comunidad internacional se encuentra en estado de emergencia ante la posibilidad de olas destructivas. La Agencia Meteorológica de Japón fue la primera en reaccionar, ordenando la evacuación de 1,9 millones de personas en la costa este del país tras la detección del temblor a las 8:25 hora local (23:25 GMT del martes). El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) localizó el epicentro a 18,2 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino, aunque el temblor fue apenas perceptible en Japón, donde alcanzó un nivel dos en la escala sísmica en ciudades como Kushiro y Akkeshi.
Las primeras olas del tsunami comenzaron a llegar a Hokkaido, Japón, alrededor de las 10:30 hora local (01:30 GMT), con una altura inicial de 40 centímetros. Sin embargo, las autoridades han advertido que esta cifra podría aumentar en las próximas horas, lo que ha llevado a la evacuación de zonas costeras en riesgo, incluyendo la bahía de Tokio, Osaka y varias islas del archipiélago japonés. En Estados Unidos, las primeras olas han alcanzado Hawái, donde se registró una altura de 1,2 metros en Oahu. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha emitido una alerta de tsunami para todo el estado, abarcando desde la costa de Canadá hasta el sur de California, incluyendo áreas densamente pobladas como San Francisco y Los Ángeles. El gobernador de Hawái, Josh Green, ha declarado el estado de emergencia y ha instado a la población a evacuar las zonas costeras.
En Filipinas, el Departamento de Sismología ha alertado sobre la posibilidad de olas de menos de un metro, con una llegada estimada entre las 13:20 y las 14:40 hora local (5:20 y 6:40 GMT). Indonesia también ha emitido advertencias, aunque se espera que las olas sean de menos de 0,5 metros. En América Latina, la Secretaría de Marina de México ha alertado sobre la llegada de olas menores a 20 centímetros en varias localidades costeras, mientras que la Agencia de Meteorología de Chiapas ha extendido la alerta a las costas de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. En Chile, el presidente Gabriel Boric ha informado sobre evacuaciones programadas en las regiones más vulnerables, como Atacama y Coquimbo.
La situación en el epicentro del terremoto, en la región rusa de Sajalín, es crítica. Se ha declarado el estado de emergencia en las islas Kuriles septentrionales y en el distrito de Severo-Kurilsk. El alcalde de las islas, Alexander Ovsyannikov, ha asegurado que todos los habitantes fueron evacuados a tiempo, gracias a una hora de anticipación antes de la llegada de las olas. Sin embargo, las imágenes que circulan en redes sociales muestran cómo las olas del tsunami han comenzado a inundar la ciudad portuaria de Severo-Kurilsk, lo que ha generado preocupación sobre los daños que podrían haber ocurrido en la zona.
La comunidad internacional se mantiene en alerta ante la evolución de la situación. Las autoridades de varios países están monitoreando las condiciones del mar y las posibles réplicas del terremoto, mientras que los ciudadanos son instados a seguir las recomendaciones de evacuación y a mantenerse alejados de las costas. La magnitud del evento sísmico y la rápida respuesta de los gobiernos reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de estar preparados ante desastres naturales de esta magnitud. La coordinación entre países y la comunicación efectiva son esenciales para mitigar los efectos de este fenómeno natural, que ha puesto en jaque a una gran parte del Pacífico.