En el contexto geopolítico actual, la OTAN ha experimentado un cambio radical en su enfoque y estructura, especialmente tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022. Este evento marcó un punto de inflexión que llevó a los países miembros a replantearse su papel y su gasto en defensa. La cumbre de la OTAN celebrada en La Haya en 2025 ha sido un reflejo de esta transformación, donde se acordó un aumento significativo en el gasto militar, un cambio que podría redefinir la relación entre Europa y Estados Unidos.
La declaración final de la cumbre estableció un objetivo ambicioso: elevar el gasto militar de los países miembros hasta un 5% del PIB para 2035. Este incremento se desglosa en un 3,5% destinado a capacidades defensivas y un 1,5% a cuestiones de seguridad más amplias, como la protección de infraestructuras críticas y la defensa cibernética. Este enfoque no solo busca fortalecer la defensa colectiva, sino también asegurar que Europa asuma un papel más proactivo en su propia seguridad, un deseo que ha sido reiterado por líderes como Emmanuel Macron.
### La Resistencia de España ante la Presión Militar
Uno de los puntos más controvertidos de la cumbre fue la posición de España, que se ha negado a cumplir con el objetivo del 3,5% del PIB en gasto militar. El presidente Pedro Sánchez ha defendido que el país solo aumentará su gasto hasta el 2,1%, lo que ha generado tensiones con otros miembros de la Alianza, especialmente con Estados Unidos, que bajo la administración de Donald Trump ha presionado para que los países europeos aumenten su contribución militar. Esta postura ha llevado a Sánchez a convertirse en el foco de atención durante la cumbre, donde su negativa a comprometerse con el gasto militar ha sido vista como un acto de desafío.
La respuesta de Trump fue contundente, amenazando con sanciones comerciales si España no cumplía con sus expectativas de gasto. Este tipo de presión ha puesto de relieve la complejidad de las relaciones dentro de la OTAN, donde la cooperación militar se entrelaza con intereses económicos y comerciales. La amenaza de Trump ha sido criticada por otros líderes, incluido Macron, quien ha señalado que no se puede exigir más gasto en defensa mientras se libra una guerra comercial entre aliados.
A pesar de las tensiones, la cumbre de La Haya ha sido un momento decisivo para la OTAN, que busca reafirmar su relevancia en un mundo cada vez más multipolar. La necesidad de una defensa colectiva robusta se ha vuelto más evidente que nunca, especialmente ante la amenaza de Rusia y otros actores globales. Sin embargo, el camino hacia un aumento del gasto militar no está exento de desafíos, ya que muchos países europeos deben equilibrar sus presupuestos de defensa con otras prioridades nacionales, como la sanidad y la educación.
### La Nueva Dinámica de la Alianza Atlántica
La cumbre de La Haya también ha puesto de manifiesto una nueva dinámica dentro de la OTAN, donde la influencia de Estados Unidos, aunque sigue siendo significativa, se enfrenta a un creciente deseo de autonomía por parte de Europa. La idea de una «soberanía tecnológica y militar europea» ha cobrado fuerza, impulsada por la necesidad de que Europa no dependa exclusivamente de Estados Unidos para su seguridad. Este cambio de paradigma es esencial para entender cómo la OTAN puede adaptarse a los desafíos del siglo XXI.
El aumento del gasto militar y la inversión en capacidades defensivas no solo son una respuesta a las amenazas externas, sino también un intento de fortalecer la cohesión interna de la Alianza. La declaración final de la cumbre subraya la importancia de la defensa colectiva, reafirmando el compromiso de los miembros de la OTAN de actuar juntos en caso de un ataque. Sin embargo, la interpretación del Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte ha sido objeto de debate, especialmente con la retórica de Trump, quien ha cuestionado la obligación de Estados Unidos de intervenir en defensa de Europa.
A medida que la OTAN avanza hacia un futuro incierto, la necesidad de una estrategia clara y unificada se vuelve crucial. La cumbre de La Haya ha sido un paso importante en esta dirección, pero el éxito dependerá de la voluntad de los países miembros de cumplir con sus compromisos y de trabajar juntos para enfrentar los desafíos globales. La transformación de la OTAN de una organización en crisis a una fuerza militar renovada es un proceso en curso, y su evolución será observada de cerca por aliados y adversarios por igual.