En un contexto donde la inmigración se ha convertido en un tema candente en la política española, el pequeño pueblo de Villamalea, en la provincia de Albacete, se destaca por su enfoque inclusivo y solidario. Con una población de aproximadamente 4,000 habitantes, Villamalea ha sido conocido por sus tradiciones, como las populares carreras de camas que se celebran cada 15 de agosto. Sin embargo, en los últimos días, ha captado la atención por su reciente moción que pide la regularización de inmigrantes sin papeles que residen en la localidad.
### Un Llamado a la Regularización
La moción fue aprobada por unanimidad por el Ayuntamiento de Villamalea, que está gobernado por el Partido Popular, pero que también cuenta con el apoyo del PSOE e Izquierda Unida-Podemos. Este consenso es notable, especialmente en un clima político donde las divisiones sobre la inmigración son evidentes. La moción destaca la importancia del trabajo de los inmigrantes en la comunidad, señalando que sin ellos, el pueblo no podría ser un referente en el cultivo del champiñón ni mantener sus viñas y granjas.
El alcalde de Villamalea, José Núñez, ha expresado que la comunidad no enfrenta problemas de convivencia, lo que ha facilitado la aceptación de esta iniciativa. La moción ha sido respaldada por diversas asociaciones locales, incluidas organizaciones sociales y religiosas, que han trabajado en conjunto para transmitir un mensaje claro: la regularización de los inmigrantes no solo es un acto de justicia, sino que también beneficiará a la comunidad en su conjunto.
Esther Collado, portavoz de Cáritas en Villamalea, ha enfatizado que la regularización permite a las personas acceder a servicios básicos como la sanidad y la educación, además de facilitar su integración en el mercado laboral. Este enfoque humanitario resuena con la historia del pueblo, que recuerda cómo muchos de sus antepasados emigraron en busca de mejores oportunidades en la década de los 60.
### Villamalea y su Diversidad Cultural
La población de Villamalea es un reflejo de la diversidad cultural que caracteriza a muchas localidades españolas. Actualmente, los inmigrantes representan el 25% de la población local, con hasta 32 nacionalidades diferentes. Esta mezcla cultural ha enriquecido la vida del pueblo, aportando nuevas perspectivas y tradiciones. La convivencia pacífica entre los diferentes grupos ha sido un factor clave en la aceptación de la moción de regularización.
El alcalde ha subrayado que la comunidad ha asumido la necesidad de reconocer a aquellos que ya viven y trabajan en Villamalea, argumentando que es un acto de justicia social. La moción ha sido enviada al Congreso, así como a la Federación Española de Municipios y Provincias y a la Junta de Castilla-La Mancha, buscando un cambio a nivel nacional en la política de inmigración.
La situación en Villamalea contrasta notablemente con la de Jumilla, un pueblo vinatero en Murcia, donde el ayuntamiento ha tomado medidas restrictivas contra las celebraciones musulmanas en espacios públicos. Este contraste pone de relieve las diferentes actitudes hacia la inmigración y la diversidad cultural en distintas localidades de España. Mientras Jumilla se enfrenta a críticas por su postura, Villamalea se erige como un modelo de inclusión y solidaridad.
La moción de Villamalea no solo busca regularizar a los inmigrantes, sino que también apoya una Iniciativa Legislativa Popular que persigue un cambio en la legislación nacional sobre la situación de los migrantes sin papeles en España. Este esfuerzo refleja un deseo de construir una sociedad más justa y equitativa, donde todos los ciudadanos, independientemente de su origen, tengan acceso a los mismos derechos y oportunidades.
En un momento en que la inmigración se ha convertido en un tema divisivo en la política española, la postura de Villamalea ofrece un rayo de esperanza. La comunidad ha demostrado que es posible construir un entorno inclusivo y solidario, donde la diversidad no solo se acepta, sino que se celebra. La moción aprobada es un paso hacia adelante en la lucha por la justicia social y la dignidad de todos los habitantes, independientemente de su estatus migratorio. Villamalea se convierte así en un ejemplo a seguir en la búsqueda de una sociedad más inclusiva y justa para todos.