La reciente controversia en torno a la Fundación Francisco Brines ha puesto de manifiesto las tensiones familiares y las complicaciones en la gestión del legado del célebre poeta. Víctor Alverca, quien fue asistente y cuidador de Brines durante quince años, ha denunciado un corte de luz en la casa de l’Elca, un lugar emblemático tanto para el poeta como para su familia. Este incidente ha desatado una serie de interrogantes sobre la administración de la fundación y el futuro de la propiedad.
**El Corte de Luz y sus Implicaciones**
El corte de electricidad, que ocurrió sin previo aviso, ha sido atribuido a una orden de Mariona Brines, sobrina del poeta y presidenta de la fundación. Alverca se mostró sorprendido por la decisión, especialmente considerando que la casa de l’Elca ha sido un símbolo del legado de Francisco Brines, quien dejó claro en su testamento que su asistente y su familia tenían derecho al usufructo vitalicio de la propiedad. Este hecho ha generado un clima de incertidumbre y preocupación, no solo por la falta de comunicación, sino también por el aparente deseo de la fundación de que Alverca y su familia abandonen la casa.
La denuncia presentada por Alverca ante la Policía Nacional de Gandia revela un conflicto más profundo dentro de la fundación. La situación se complica aún más al considerar que la fundación está compuesta por varios patronos, incluyendo a la Generalitat, la Diputación de València, el Ayuntamiento de Oliva y el Ministerio de Cultura. Este entramado institucional debería, en teoría, garantizar la correcta gestión del legado de Brines, pero las desavenencias internas parecen estar afectando su funcionamiento.
**Desavenencias en la Fundación**
Desde que Àngels Gregori dejó de ser la directora de la fundación, Alverca ha notado un cambio en la dirección y en la filosofía de la entidad. Según sus declaraciones, la fundación ha perdido de vista el legado que Brines deseaba preservar. Este cambio de rumbo ha llevado a Alverca a sentir que está siendo objeto de un acoso sistemático por parte de algunos miembros de la fundación, lo que ha afectado incluso aspectos personales y sentimentales, como el cuidado del panteón familiar de Brines en el Cementerio General de València.
El poeta fue inhumado junto a sus padres, y su deseo era que su espacio de descanso fuera cuidado y mantenido en óptimas condiciones. Sin embargo, Alverca ha denunciado que no ha podido cumplir con esta responsabilidad, ya que no le han proporcionado las llaves del panteón. Esta situación refleja una falta de respeto hacia los deseos del poeta y plantea serias dudas sobre la capacidad de la fundación para gestionar su legado de manera adecuada.
Además, Alverca ha señalado que los jardines y huertos que rodean la casa de l’Elca están en un estado de abandono, lo que contrasta con la visión que Brines tenía para su entorno. La degradación de estos espacios no solo afecta el valor patrimonial de la propiedad, sino que también es un reflejo de la falta de compromiso por parte de la fundación en preservar el legado del poeta.
La situación ha generado un gran interés en la comunidad, ya que Francisco Brines es una figura literaria de gran relevancia, y su obra ha dejado una huella imborrable en la cultura española. La gestión de su legado no solo es una cuestión familiar, sino que también involucra a instituciones públicas que tienen la responsabilidad de proteger y promover la cultura.
En este contexto, la falta de comunicación y la aparente falta de dirección en la fundación han llevado a cuestionar la efectividad de su gestión. La comunidad literaria y los admiradores de Brines están a la espera de una resolución que no solo respete los deseos del poeta, sino que también garantice que su legado continúe siendo una fuente de inspiración para futuras generaciones.
La denuncia de Alverca ha puesto de relieve la necesidad de una revisión profunda de la estructura y funcionamiento de la Fundación Francisco Brines. La comunidad espera que se tomen medidas para resolver estas tensiones y asegurar que el legado del poeta sea gestionado de manera adecuada y respetuosa, tal como él lo deseaba. La situación actual no solo afecta a la familia de Brines, sino que también tiene implicaciones más amplias para la cultura y la literatura en España.