La línea de Metrovalencia que conecta Empalme con Burjassot ha sido objeto de quejas por parte de los residentes de la zona, quienes han expresado su descontento por el ruido constante que genera el paso de los trenes. A pesar de que el soterramiento de las vías ha sido un avance significativo para el vecindario, el estruendo que acompaña a esta obra ha transformado la vida cotidiana de muchos. Desde pitidos hasta chirridos, el sonido del metro se ha convertido en una banda sonora indeseada para quienes viven cerca de las vías.
Los vecinos han estado lidiando con este problema durante años, y aunque el soterramiento ha reducido las vibraciones que antes se sentían con el paso de los trenes en la superficie, el ruido sigue siendo un tema candente. Lorenzo y Paz, un matrimonio que vive justo al lado de las vías, han compartido su experiencia: «El ruido es una barbaridad. Ahora que hace mejor tiempo y quieres abrir las ventanas, se oye mucho». Esta situación se agrava por las noches, cuando el ruido se vuelve más notorio y afecta la calidad del sueño de los residentes.
### Quejas y Demandas de Soluciones
El Síndic de Greuges ha intervenido en esta situación, exigiendo a Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) que tome medidas para mitigar el ruido que afecta a los ciudadanos. Según los vecinos, el ruido ha vulnerado sus derechos durante los últimos cinco años. Sin embargo, algunos residentes han señalado que, a pesar del ruido, los conductores del metro son cuidadosos al transitar por la curva, lo que ha reducido las vibraciones que antes eran comunes.
Concepción, otra vecina de la zona, ha comentado que el ruido era mayor cuando el tren circulaba por la superficie, aunque el chirrido del tren al entrar y salir del túnel soterrado es igualmente molesto. «Te acostumbras, hay veces que no lo escuchas, pero sobre todo por la tarde y noche… se nota más», dice. Esta adaptación al ruido ha llevado a algunos a reflexionar sobre la naturaleza de sus quejas. Pedro, un vecino, plantea: «Hemos estado treinta años con ruido del tren que transcurría por la superficie y ahora que lo soterran nos quejamos. Realmente, ¿qué queremos?».
Olga, otra residente, ha sugerido que una posible solución para reducir la contaminación acústica sería construir una estructura que actúe como un muro de contención del ruido. Esta idea ha resonado entre los vecinos, quienes buscan alternativas para mejorar su calidad de vida sin renunciar a la comodidad que brinda el transporte público.
### Medidas Técnicas y Respuesta de FGV
Desde la conselleria de Infraestructuras, se ha informado que se están llevando a cabo pruebas acústicas en toda la red de Metrovalencia para abordar las quejas de los vecinos. Sin embargo, estas pruebas han tomado más tiempo del esperado debido a la carga de trabajo del personal técnico, que también se encuentra lidiando con la recuperación de infraestructuras dañadas por lluvias torrenciales. En su respuesta al Síndic, FGV ha indicado que están explorando diferentes materiales para mitigar el ruido, aunque aún no se han logrado resultados satisfactorios.
Las mediciones realizadas por el Ayuntamiento de Burjassot han mostrado que el ruido global no supera el umbral legal que obligaría a tomar medidas correctivas. Sin embargo, los vecinos continúan expresando su frustración, ya que el ruido del metro se ha convertido en una parte integral de su vida diaria. La falta de soluciones inmediatas ha llevado a muchos a cuestionar la efectividad de las medidas propuestas por las autoridades.
En medio de esta situación, FGV se ha comprometido a proporcionar un informe detallado sobre la evolución de las pruebas acústicas y las medidas que se están implementando para abordar el problema del ruido. Mientras tanto, los residentes de Burjassot siguen esperando una solución que les permita disfrutar de su hogar sin el constante estruendo del metro. La lucha por un entorno más silencioso y habitable continúa, y los vecinos no están dispuestos a rendirse en su búsqueda de una mejor calidad de vida.