El pasado viernes, la tranquila localidad de Cueves, en Ribadesella, Asturias, fue escenario de un crimen brutal que ha dejado a la comunidad en estado de shock. José Antonio Otero Toraño, conocido como Toño, fue asesinado a golpes en su propia casa, un suceso que ha conmocionado a familiares, amigos y vecinos. La viuda de Otero, María del Mar Berjón López, ha compartido su desgarradora experiencia y los detalles del ataque, que han puesto de manifiesto no solo la violencia del crimen, sino también las tensiones familiares que lo rodean.
La noche del crimen, María del Mar se encontraba en la cocina de su hogar, cuando de repente, dos hombres entraron en la casa junto a su esposo. Vestían sudaderas negras con capucha y, según la viuda, al menos uno de ellos tenía perilla. En un relato lleno de angustia, María del Mar recordó cómo los atacantes golpearon a Toño mientras él intentaba defenderse. «Sangraba mucho por la cabeza, yo solo le llamé y dije, ‘Toño, vuelve’», expresó, visiblemente afectada por la situación.
### La Violencia del Crimen
El ataque fue brutal y, según las declaraciones de la viuda, los asaltantes parecían estar buscando dinero. «Igual pensaban que teníamos dinero, pero solo teníamos ciento y pico euros para ir a comprar a la villa», comentó. En un intento desesperado por ayudar a su esposo, María del Mar se lanzó sobre él para quitarle la manta que le habían puesto en la cabeza, pero fue empujada y pisoteada por los atacantes. Como resultado, terminó con un chichón en la cabeza y un brazo herido.
La situación se tornó aún más trágica cuando, tras la huida de los agresores, Toño, que había sido gravemente herido, pidió ayuda. «Le dije, ‘no puedes estar sentado, Toño’», recordó su esposa, quien se encontraba en un estado de pánico y desesperación. En medio del caos, una mujer que se identificó como celadora acudió a la casa tras escuchar los gritos de auxilio de María del Mar. Sin embargo, la familia ha expresado su preocupación por la falta de información sobre el paradero de esta celadora, quien podría ser un testigo clave en la investigación.
### Tensiones Familiares y el Entierro
El crimen ha sacado a la luz no solo la violencia que sufrió Toño, sino también las tensiones familiares que existían en su vida. María del Mar reveló que los problemas con los familiares de sangre de su esposo comenzaron tras la muerte de su madre, y estaban relacionados con la herencia de la vivienda en la que residían. Esta situación ha añadido una capa de complejidad al dolor que ya están enfrentando.
Durante el entierro de Toño, María del Mar y su hermana, Magdalena Berjón, se sintieron solas y aisladas, recibiendo solo un par de pésames. «Tantos amigos dicen que tenía… yo no vi a nadie», lamentó María del Mar, quien se siente condenada por la opinión pública. Ambas hermanas han defendido su inocencia y han expresado su deseo de ser dejadas en paz mientras intentan lidiar con la pérdida de su ser querido.
El Seprona, el servicio de protección de la naturaleza, también ha estado presente en la escena, revisando el estado de los animales de Toño, que incluyen vacas, cabras y aves. Hasta el momento, no se han tomado medidas adicionales, pero operarios municipales y ganaderos de la zona han ofrecido su ayuda a las mujeres para cuidar de los animales.
La investigación del asesinato de Toño Otero está siendo llevada a cabo por la Policía Judicial de la Guardia Civil de Asturias, bajo la supervisión de la jueza instructora del Juzgado de Cangas de Onís. La comunidad espera respuestas y justicia en un caso que ha dejado una profunda herida en la localidad de Ribadesella.
Este trágico suceso no solo resalta la violencia que puede surgir en situaciones de robo, sino que también pone de manifiesto la fragilidad de las relaciones familiares y la necesidad de apoyo comunitario en momentos de crisis. La historia de María del Mar y Toño es un recordatorio de que detrás de cada crimen hay vidas destrozadas y una comunidad que debe unirse para sanar.